Félix M.ª Samaniego: «El Mancebo y la Fortuna» (fábula); análisis y propuesta didáctica

FÁBULA 3 (1─III). EL MANCEBO Y LA FORTUNA
A la orilla de un pozo,          1
sobre la fresca yerba,
un incauto Mancebo
dormía a pierna suelta.
Gritole la Fortuna:                  5
─Insensato, despierta;
¿no ves que ahogarte puedes,
a poco que te muevas?
Por ti y otros canallas
a veces me motejan,                10
los unos de inconstante
y los otros de adversa.
Reveses de Fortuna
llamáis a las miserias:
¿Por qué, si son reveses        15
de la conducta necia?
1. ANÁLISIS
1) Vida y obra de Félix María Samaniego (Laguardia, Álava, 1745 – 1801)
Félix María Samaniego nació en La Guardia, Álava, el 12 de octubre de 1745. Su familia era noble y bien acomodada. De hecho, él mismo ejerció de señor de las cinco villas del valle de Arraya. Era sobrino nieto del conde de Peñaflorida, fundador de la Sociedad Vascongada de Amigos del País. 
Parece que recibió estudios en un colegio de Francia; inició y no concluyó la carrera de Derecho en la Universidad de Valladolid. Se instaló en Vergara (Guipúzcoa), pues allí estaba la sede de la Sociedad Vascongada. Esta ocupaba un antiguo convento de los jesuitas, que abandonaron tras su expulsión en 1767. Escribió fábulas para los alumnos de la Sociedad, de la que era miembro desde 1765. Tuvieron tanto éxito que el autor las publicó en una obra compuesta de cinco libros (Valencia, 1781). 
Hizo algún viaje a Madrid, comisionado para resolver asuntos económicos de la diputación de Álava; el conde de Floridablanca, hombre influyente en la política española, lo apreciaba y trató de retenerlo en la capital, pero sin éxito. La Inquisición le abrió un proceso por la publicación de ciertos cuentecillos picantes y poco edificantes. Lo condenaron a residir varios meses en el convento carmelita El Desierto, de Portugalete (Vizcaya). Luego compuso  una Descripción del Desierto de Bilbao en tono satírico y burlesco recreando su estancia conventual. Con sus influencias familiares y sociales, el juicio quedó en poca cosa y se libró de un castigo mayor.
Llevaba una vida despreocupada, dada su holgada posición económica. Al principio tuvo una excelente relación con el otro fabulista contemporáneo, Tomás de Iriarte. Lo alaba en una de sus fábulas del tomo tercero. En 1782 Iriarte publicó sus Fábulas literarias. En el prólogo se jacta de ser el primer fabulista en lengua castellana; es una afirmación no del todo cierta, pues un año antes Samaniego ya había publicado las suyas. Este se enfadó y publicó un folleto anónimo, Observaciones, ridiculizando y acusando a Iriarte de falsear la verdad. La amistad se tornó en enemistad, que duró todas sus vidas.
Reunió toda su producción fabulística en una nueva edición (Madrid, 1784), compuesta de cuatro libros más. El conjunto de los nueve libros contienen 157 fábulas. Falleció en su casa solariega de Laguardia en 1801.
2) Características formales y estilísticas de las fábulas
Las fábulas de Samaniego están escritas en verso. En general, muestra preferencia por los versos heptasílabos y endecasílabos, combinándolos libremente. Su estrofa preferida es el pareado, en series de cinco a diez. También emplea el romance, la sextina con pareado final y la redondilla. 
Samaniego se inspira, según él mismo declara en su prólogo, en las dos fuentes clásicas acreditadas: el griego Esopo (VII─VI a. C.) y el latino Fedro (s. I d. C.). También adopta el molde del francés Jean de La Fontaine (1621─1695), verdadero modelo moderno del que poco se aparta.
Adopta un estilo transparente y con cierto aire popular. El ritmo es ligero  y fluido. Las fábulas son más bien cortas, pues la extensión media está entre quince y veinte versos. Plantea una situación ambientada en la vida cotidiana, familiar y conocida para sus lectores del s. XVIII; nada, pues, de exotismo o de contextos sofisticados. La matanza, el transporte de mercancías en carrozas por malos caminos, las tormentas, algún oficio (campesino, herrero, arriero, hidalgo rural, etc.) y la necesidad de procurarse alimentos para saciar el hambre, etc., son los marcos narrativos comunes. Las fábulas son rurales; recrean la vida del campo; la ciudad no aparece como escenario.
Los animales son los protagonistas. Piensan, actúan y hablan como si fueran humanos. En varias fábulas interactúan con los hombres en pie de igualdad. Existe, pues, un proceso antropomorfización sistemático y nuclear; se refleja, lógicamente, en el empleo sistemático del recurso de la personificación o prosopografía. La facilidad de versificación de Samaniego es realmente asombrosa. En unos pocos versos crea un marco físico y temporal, muy bien ambientado, visible y plausible para el lector, que se lo imagina perfectamente. Los diálogos son muy sabrosos; cortos, pero intencionados, graciosos y chocantes.
La ironía es uno de los rasgos literarios más repetido y destacado. El conjunto del relato de cada fábula rezuma humor, nada grosero, sino suave e inteligente. Ciertamente, la lectura provoca la risa. La intención instructiva ocupa la parte final de cada fábula. En general, la lección ética se recoge en pocos versos, con algunas excepciones. 
El procedimiento del símil también es muy empleado; aporta expresividad y claridad intelectiva. La adjetivación es rica, variada y muy intencionada, con vistas a crear humor. Otro recurso muy empleado es la enumeración (a veces, se queda en bimembración, o trimembración); se utiliza para crear una cuadro completo de un escenario, de un personaje determinado, o de la situación física o moral de algún personaje. 
En general, aparecen dos personajes que chocan en sus intereses u objetivos. Son dos especies de animales en el que uno suele alimentarse del otro. Este personaje siempre aparece nombrado en mayúscula, para individualizarlo y atribuirle personalidad propia. Por ejemplo, en la primera fábula, el Cochino y el Asno representan a toda su su especie; en este sentido, funcionan metonímicamente. Sin embargo, al mismo tiempo, son representantes de toda su especie, pues cualquier miembro de ella se comportaría de la misma manera. Nosotros hemos respetado el uso de la mayúscula caracterizadora.
Es curioso reseñar que los dioses del Olimpo intervienen de vez en cuando, ayudando o castigando a los animales, según su comportamiento; a veces, se les ridiculiza un tanto, como cuando el escarabajo le coloca a Júpiter una pelotita de excremento en su regazo. No hay rasgos de cristianismo por ningún lado, seguramente para evitar problemas con la Inquisición.
3) Contexto específico de «El Mancebo y la Fortuna»

Métrica y rima: el poema es un romance en versos heptasílabos.

Argumento: un Mancebo se duerme al pie de un pozo, con grave peligro de su vida si cae en él. La Fortuna lo despierta y le reprocha su descuido, echándole la culpa de las desgracias.

Aspectos formales: el apóstrofe de la Fortuna al Mancebo es directo y vivo. Las dos interrogaciones retóricas (ambas en boca de la Fortuna) aumentan la viveza del cuadro pintado por el poeta-narrador.

Moraleja: hay que ser precavidos y evitar situaciones peligrosas, de las que nos consolamos echando la culpa a la mala suerte.

2. PROPUESTA DIDÁCTICA
(Estas actividades se pueden realizar de modo individual, o en grupo; en casa y en clase; con o sin ayuda de medios TIC).
  1. Comprensión lectora
1.1. Resume en 40-50 palabras el contenido de la fábula.
1.2. Indica el lugar y el tiempo, o momento, en que se desarrolla la acción.
1.3. Caracteriza los personajes que intervienen con dos adjetivos físicos y otros dos psicológicos.
1.4. Señala el motivo del inicio del conflicto o choque entre personajes.
2. Aspectos analíticos e interpretativos
2.1. Redacta con una oración breve la moraleja de la fábula.
2.2. ¿Cuál es el origen del conflicto que enfrenta a los personajes?
2.3. ¿Cómo se manifiesta la exigencia de responsabilidad personal en la fábula?
2.4. ¿Por qué la Fortuna se cansa de ayudar a la gente?
3. Fomento de la creatividad
3.1. Transforma la fábula originaria en un cuento, o una pequeña obra dramática.
3.2. Reescribe la fábula en un ambiente actual, referido al lugar y el tiempo.
3.3. Aporta imágenes que sirvan para complementar la fábula y sirva para entenderla mejor.
3.4. Realiza una exposición ante tu clase sobre el autor Félix M. Samaniego.

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