Gaspar Melchor de Jovellanos: «Idilio décimo, al sol» (poesía); análisis y propuesta didáctica

GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS – «Idilio décimo: al sol»

 IDILIO DÉCIMO:  AL SOL

Padre del universo,                 1

autor del claro día,

brillante sol, a cuyo

influjo la infinita

turba de los vivientes             5

el ser debe y la vida;

tú, que rompiendo el seno

del alba cristalina,

te asomas en oriente

a derramar el día                   10

por los profundos valles

y por las altas cimas;

de cuyo reluciente

carro las diamantinas

y voladoras ruedas                15

con rapidez no vista

hienden el aire vago

de la región vacía;

enhorabuena vengas,

de luces matutinas,               20

de rayos coronado

y llamas nunca extintas,

a henchir las almas nuestras

de paz y de alegría.

   La noche tenebrosa,          25

de fraudes, de perfidias

y dolos medianera,

se ahuyenta con tu vista,

y busca en los profundos

abismos su guarida.              30

   El sueño perezoso,

las sombras, las mentidas

fantasmas y los sustos,

su horrenda comitiva,

se alejan de nosotros,          35

y en pos del claro día

el júbilo, el sosiego

y el gozo nos visitan.

   Las transparentes horas,

de clara luz vestidas,           40

señalan nuestros gustos

y miden nuestras dichas.

   O bien brillante salgas

por las eoas cimas,

rigiendo tus caballos            45

con las doradas bridas;

o ya el luciente carro

con nuevo ardor dirijas

al reino austral, de donde

más luz y fuego vibras;         50

o en fin, precipitado

sobre las cristalinas

occiduas aguas caigas

con luz más blanda y tibia,

tu rostro refulgente,             55

tu ardor, tu luz divina

del hombre serán siempre

consuelo y alegría.

I. ANÁLISIS

1) Resumen

Jovellanos expresa en este poema su admiración por los efectos benéficos para el hombre del sol, y por eso le dirige una loa profunda y total. En la primera estrofa, el yo lírico se dirige al «brillante sol» que ilumina la tierra tras la noche. Su aparición por el este aleja las sombras y trae calor y luz. Su aparición aporta «paz y alegría» a los hombres, de ahí que sea bienvenido. En la segunda estrofa analiza cómo la noche se va, y con ella, los engaños, trampas y todo tipo de traiciones; es una consecuencia positiva de la llegada del sol. En la tercera estrofa se aclara que lo que aporta el día, con su luz, a la vida de los hombres es júbilo, sosiego y gozo. La cuarta estrofa, breve, insiste en que los días miden nuestros gustos y dichas. La quinta y última estrofa representa al sol como al dios Apolo dirigiendo un carro que atraviesa el firmamento de este a oeste. «Eoas» (v. 44) es un cultismo para significar «oriental». Lo mismo ocurre con «occiduas» (v. 56), que significa «perteneciente o relativo al ocaso». Resume el contenido del poema e insiste en que el sol, cada día, con su luz y calor, que son elementos imprescindibles para la vida, aportan «consuelo y alegría» (v. 58) al hombre.

2) Tema

Los temas del poema son:

-Celebración del sol como dador de vida, alegría y felicidad.

-Canto al sol como eje de la existencia para los seres vivos, en un entorno natural.

3) Apartados temáticos

El poema presenta una estructura original:

-Primer apartado (primera estrofa, vv. 1-24): el yo lírico da la bienvenida al sol. Lo saluda con efusión y agradecimiento al amanecer el nuevo día.

-Segundo apartado (estrofas 2 y 3, vv. 25-38): funciona como un contrapunto, casi como contraargumento. Con la llegada del sol, los elementos negativos han de huir y esconderse. Son «la noche tenebrosa» y «el sueño perezoso» con sus secuelas de miedo, pavor, engaño y falsedades los que han de batirse en retirada.

-Tercer apartado (estrofa, 4, vv. 39-42): expresa la causa del goce por llegada del sol: las «transparentes horas» propician la felicidad y la alegría de los humanos.

-Cuarto y último apartado (estrofa 5, vv. 43-58): señala las consecuencias derivadas del amanecer. Es un «consuelo y alegría» para el hombre poder vivir con la luz y el calor que el sol nos proporciona cada día.

4) Aspectos métricos y de rima

Este poema está compuesto por cincuenta y ocho versos agrupados en cinco estrofas (de 24, 4, 6, 4 y 16 versos, respectivamente. Los versos son heptasílabos (siete sílabas; arte menor, por tanto). La rima se establece en «í-a» es asonante en los versos pares; los impares quedan libres. Estamos, por tanto, ante un romancillo, variante del romance (octosílabo). Es una estrofa de larga tradición en la poesía española.

5) Comentario estilístico

Este poema exhibe una extraordinaria riqueza de imágenes, creadas a través de metáforas, metonimias, símiles y personificaciones, principalmente. La gran mayoría se dirigen al sol, deificado absolutamente. Se le nombra como «Padre del universo» en el primer verso; el resto de las imágenes discurren por el mismo camino. Se le adorna con el epíteto «brillante» (v. 3) para resaltar la luz que nos trae. Todo el planeta recibe sus beneficios, sean «profundos valles» (v. 11), sean «altas cimas»(v. 12). 

Los sustantivos ─acompañados de adjetivos que significan luminosidad─ que aplica el yo lírico son elocuentes y sensitivos: «reluciente / carro» (vv. 13-14), «rayos coronados» (v. 21), «llamas nunca extintas» (v. 22), etc. 

La segunda y tercera estrofas forman una viva antítesis con la primera. Ahora es la «noche tenebrosa» (v. 25) la que busca refugio en los «profundos / abismos» (vv. 29-30). Lo mismo ocurre en la estrofa siguiente, con el «sueño perezoso» (v. 31). La adjetivación es de naturaleza cromática, lo cual es lógico, dada la temática abordada. El poema se resuelve en una súplica al sol para que nos alumbre cada día de nuestra vida. De ahí el apóstrofe que recorre todo el texto y el tono ensalzador del astro brillante. Es interesante recordar cómo Jovellanos recoge el mito de Apolo, el sol mismo, conduciendo su carro, cuyo movimiento es, justamente, el del sol.

6) Contextualización

Como ya expresamos, Gaspar Melchor de Jovellanos (Gijón, 1744 – Puerto de Vega, Navia, Asturias, 1811) es uno de los más importantes pensadores, políticos y escritores de la España del siglo XVIII. Su contribución al pensamiento y a las letras españolas es muy significativa.

Tras completar sus estudios universitarios en Derecho, ejerció de juez en varias ciudades españolas. Ocupó cargos políticos en los distintos gobiernos de la Corona de España; la cima fue el ministerio de Gracia y Justicia (que ejerció durante casi un año, en 1791). Sus tiras y aflojas con el poderoso Godoy lo llevaron al destierro en la isla de Mallorca (primero en la cartuja de Valldemosa y luego en el castillo de Bellver). Formó parte de la Junta Central (órgano de gobierno legítimo durante la ocupación napoleónica).

Jovellanos compuso muchas obras, todas de gran calidad. En ficción, se recuerda su drama El delincuente honrado (1774). Pero es en el campo del ensayo donde desplegó su agudo pensamiento en un estilo apacible, elegante y preciso. Elogio de Carlos III (1788) es una loa a las dotes reformistas del rey ilustrado. Memoria sobre la educación pública (1802), obra de la que procede el texto que ahora comentamos, es un argumentario a favor del fomento de la educación extendida a toda la juventud del país. Informe sobre el expediente de la Ley Agraria (1794) es un alegato a favor de las reformas necesarias en la agricultura y ganadería para impulsar su crecimiento. En Memoria para el arreglo de la política de espectáculos (1796) defiende la cultura popular, sana y limpia de vulgaridades y excesos, pues sirve para el esparcimiento y educación de la gente; aquí se manifiesta en contra de las corridas de toros por sangrientas y violentas. Memoria del Castillo de Bellver (1805) es una descripción artística e histórica del castillo mallorquín donde estuvo prisionero; ahí muestra una gran sensibilidad artística y un agudo sentido de la observación. Compuso muchas obras de carácter jurídico, influyentes en su momento. 

Jovellanos también escribió excelente poesía. Se acoge al molde neoclásico o ilustrado: sencillez de forma, retórica moderada y transparente, arquitectura clásica y previsible, y temas naturales y reflexivos, pero dejando a un lado los sentimientos. Son justamente los rasgos que hemos explicado en este poema.

7) Interpretación y valoración

Este hermoso poema es una loa al sol. El yo lírico, trasunto de Jovellanos, alaba al astro rey por la luz que nos proporciona cada día; sin él, simplemente, no habría vida. Se trata de una composición clasicista; el sol está deificado (y personificado, claro está). La forma es transparente  y armónica. El sentido de celebración de la llegada del sol «ilumina» todo el poema.

Por contraste, la oscuridad y la noche se asocia a malas experiencias y peores sentimientos. El poeta imprime un sentido universal a su poema, pues siempre se refiere al ser humano, al hombre, genéricamente contemplado. La adjetivación rica, variada y muy apropiada dota al poema de una alegría contenida.

II. PROPUESTA DIDÁCTICA

(Las siguientes actividades se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias lo aconsejen).

1. Comprensión lectora 

1) Resume el poema (100 palabras, aproximadamente). 

2) Señala su tema principal y los secundarios. 

3) Delimita los apartados temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido. 

4) Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada. 

5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo contrario? 

6) Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema, sobre todo referidas a los elementos de la naturaleza, y cómo impactan en el poeta. 

7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado. 

 2. Interpretación y pensamiento analítico 

1) ¿Qué palabras utiliza el poeta para referirse al sol? ¿Qué connotaciones muestran? 

2) El poeta, ¿qué sentimientos esencial muestra hacia el sol? 

3) ¿A qué se opone el sol, tanto desde el punto de vista físico, como psicológico?

4) Explica la representación mitológica griega del sol y cómo la percibimos en este poema.

5) ¿Se puede afirmar que la felicidad depende del sol? ¿Por qué? 

3. Fomento de la creatividad

1) Elabora un poema o texto en prosa que exprese un agradecimiento a algo o alguien por su acción benéfica para el hombre.  Puedes imprimir un sentido intimista, como ha realizado Jovellanos.

2) Imagina y transcribe una conversación o plática entre la clase y el poeta Jovellanos a propósito de su poema y de su vida. 

3) Realiza una exposición sobre Gaspar Melchor de Jovellanos, su poesía (y prosa y teatro, por supuesto) y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc. 

4) Aporta o crea imágenes que sirvan para expresar una alabanza a algo o a alguien protector del hombre; puedes seguir el ejemplo de Jovellanos.

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