Charles Dickens: «Grandes esperanzas» (1860-61, novela); análisis y propuesta didáctica

CHARLES DICKENS:  GRANDES ESPERANZAS (1860-61)

I. ANÁLISIS

1) Resumen

CAPÍTULO I

Felipe Pirrip, de niño, se llama a sí mismo Pip; así lo conocerán todos en el futuro. Ahora es un niño de acaso seis o siete años. Vive con su hermana, la señora de Joe Gargery; él es herrero. Es hijo de Felipe Pirrip y Georgina, muertos. Cinco hermanos están enterrados en el cementerio del pueblo, al lado de sus padres. El pueblo está a 15 km del mar, donde el río (Támesis, se entiende) hace meandros; tierra pantanosa; al lado de un marjal (terreno bajo y pantanoso, ciénaga). Un hombre fuerte y temible con un grillete al pie lo detiene en el cementerio. Si al día siguiente no le lleva una lima y comida, le arrancará el corazón y el hígado. El niño le promete que lo hará.

CAPÍTULO II

Pip guarda su cena, a riesgo de que su hermana, muy violenta, lo golpee con un bastón. A su marido también lo maltrata algo; este aguanta estoicamente. Joe y Pip se llevan muy bien y son grandes amigos, aunque son cuñados. Es víspera de Navidad. Se levanta muy pronto; coge alimentos de la alacena, entre ellos un pastel de cerdo, y sale de casa entre la niebla. En los marjales hay una batería, con su casa, y dos pontones cargados de presos. Suenan cañonazos, lo que significa que algún preso se ha escapado. Rellena la botella de aguardiente con agua de alquitrán, que es purgante.

CAPÍTULO III

Le lleva la lima y la comida a la Batería. El preso sierra su grillete y come ávidamente, pues está hambriento. Pip le informa que ha visto a otro como él (sin saber que son presidiarios fugados) cerca de allí. El preso hace que no le da importancia, pero le preocupa. 

CAPÍTULO IV

Asiste al oficio religioso con Joe, vestidos con las mejores ropas, pero parecen algo ridículos. Comen en casa con varios invitados. Wopsle, el sacristán de la iglesia; se las da de culto y de recitar muy bien, pero es falso. El señor y la señora Hubble, que es carretero y, finalmente, Pumblechook, comerciante de granos, tío de Joe, pero solo la señora Joe puede tratarlo de tío. Ella le sirve agua de alquitrán pensando que es aguardiente; Pumblechook la escupe. Pip piensa que lo van a descubrir. Sale corriendo y en la puerta de la casa aparece un grupo de soldados que lo detienen.

CAPÍTULO V

El sargento al mando le pide a Joe que arregle unas esposas, y lo hace. Luego bebe vino en demasía. Salen en busca de los presidiarios fugados. Los encuentran peleándose en el fondo de una zanja. El presidiario nuevo tiene la cara magullada y sangrada, pues al que ayudó Pip lo ha herido. Se llevan muy mal entre ellos. Los devuelven al barco-prisión. El prisionero que ayuda Pip dice que él solo hace los robos de la lima y de los alimentos, así Pip queda exculpado. Joe lleva en hombros a Pip en la búsqueda de los presos.

CAPÍTULO VI

Pip queda aliviado porque no lo acusan. En su mente se acumulan sentimientos contradictorios. La aldea está a un kilómetro o dos de la ciudad, donde hay tiendas y otros servicios.

CAPÍTULO VII

Una tía abuela del señor Wopsle regenta una humilde escuela; no enseña nada, pues duerme en la clase, de seis a siete. Una nieta de la tía abuela, Biddy, lleva la abacería o tienda de ultramarinos anexa a la escuela. Pip sabe escribir a duras penas. Joe le cuenta que su padre es borracho y holgazán; pega a la familia. Joe apenas recibe instrucción y ha de trabajar de herrero desde pequeño para alimentar a la familia. No se avergüenza de ello; guarda buen recuerdo de su padre. Pip comienza al día siguiente a ir a jugar a casa de la señorita Havisham; este le pide a Pumblechook un niño para esa tarea y este le recomienda a Pip.

CAPÍTULO VIII

La casa de la señorita Havisham es grande y majestuosa, pero semiabandonada. Tiene una antigua fábrica de cerveza en ruinas. Un gran jardín abandonado; algunas  casas independientes a los lados de la propiedad. Pip juega a las cartas contra Estella y pierde; esta le llama vulgar y zafio; él se siente avergonzado. Come algo por el jardín, que parece fantasmagórico. Estella lo despide con burlas. Los relojes en la casa de la señorita Havisham están parados. Una gran sala con lo que fue una tarta nupcial lleno de telas de araña. Ella viste un vestido de novia, pero ya harapiento. Es arisca y distante, además de muy rica.

CAPÍTULO IX

Pip hace una descripción fantasiosa y extravagante de la casa y de la propia señorita Havisham. La señora Joe y Pumblechook lo creen todo; son chismorreadores. Le dice la verdad; este le reprocha que mienta, pues no se debe hacer. Pip se siente avergonzado de ser tan rudo e ignorante.

CAPÍTULO X

Pip comienza a recibir clases de Biddy. En la escuela, la tía abuela da buenas palizas indiscriminadas a los alumnos con una vara de abedul. La chica enseña a coro; también le da clases particulares a Pip, dispuesto a salir de su ignorancia. Aparece un desconocido en la taberna «Los tres alegres barqueros». Le regala un chelín, que va envuelto en dos billetes de dos libras.

CAPÍTULO XI

Conoce a los familiares de la señorita Havisham: Camila, el primo Raimundo, Sara Pocket, Georgiana. Estella le da una bofetada y lo humilla sin miramientos. Juega a las cartas contra ella y pierde siempre. Sale a dar una vuelta. Entra en una casa auxiliar; allí hay un chico de piel pálida que le obliga a pelear contra él. Pip es más fuerte y vence al otro, que sale magullado, pero no rencoroso. Se despiden amablemente. Estella los espía. Esta le permite despedirse con un beso en la mejilla.

CAPÍTULO XII

Habla cada vez más con la señorita Havisham. Ella se apoya en él y dan vueltas en la sala. Le canta canciones a la señorita. Pasan los meses, acaso años. Su hermana lo trata tan duramente como siempre, con la complicidad de Pumblechook. Havisham le indica que debe empezar a trabajar de aprendiz de herrero con Joe Gargery. 

CAPÍTULO XIII

Joe y Pip visitan a Havisham porque acaba el trabajo del niño en esa casa. Le paga veinticinco libras por los servicios de Pip. El chico firma ante el juez un contrato de aprendiz de herrero con Joe. Antes le gustaba, pero ahora ya no. Su hermana y Pumblechook están orgullosos de que haya ganado algo de dinero.

CAPÍTULO XIV

Pasan los meses como aprendiz y avanzando en la lectoescritura con Bippy. Pip no es feliz, pero se conforma. Pasa los domingos a la tarde en los marjales. Se avergüenza de su hogar, la pequeña casa adosada a la herrería. Pip le pide un mediodía libre para visitar a Havisham y se lo concede. Orlick es un obrero que tiene Joe en la herrería. También le pide otro medio día libre. Orlick camina mirando al suelo siempre. Discute a voces con la señora Joe. Joe, el marido, se pelea con él y le da fuerte. Al final, los contendientes comparten una cerveza juntos y se acaba la riña. Atacan e hieren gravemente a la señora Joe.

CAPÍTULO XVI

El atacante pudo ser Orlick, aunque tiene testigos de que estuvo en la ciudad, o el penado que huye del pontón y Pip le da la lima. La señora Joe sale viva, pero queda en silla de ruedas y no puede hablar. Se comunica rudamente a través de algunas letras. Biddy (la tía abuela acaba de morir) pasa a vivir con los cuatro, para atender a la señora Joe.

CAPÍTULO XVII

Pip y Biddy conversan en los marjales seriamente sobre sus sentimientos. A Pip le gusta Estella y para eso debe llegar a ser un caballero. A Biddy le gusta él, pero queda desengañada. A esta la roda Orlick, para disgusto de Pip.

CAPÍTULO XVIII

Cuarto año de aprendizaje de herrero. Una noche de sábado en «Los tres alegres barqueros». Aparece un señor de Londres bastante agresivo. Es el abogado Jaggers. Trae la oferta para Pip de hacerse un caballero: un benefactor anónimo le entrega una fuerte suma de dinero, que administrará Jaggers, en calidad de tutor legal. Recibirá educación en casa de Mateo Pocket. Le da siete días para despedirse, hacerse un traje nuevo y mentalizarse. Biddy sufre con la noticia, como Joe. Pip está entusiasmado. 

CAPÍTULO XIX

Joe fuma en pipa. Le ha dado clases Pip, pero le cuesta aprender. Se hace un traje en la sastrería del señor Trabb. El ayudante del señor Trabb es pícaro y bromista. Pip se despide de Havisham, cuyo abogado es Jaggers, por eso sabe algún detalle. Se despide con dolor de Joe y Biddy, pero con ganas de dejar el pueblo atrás.

CAPÍTULO XX

Cinco horas tarda la diligencia de caballos de la ciudad de los marjales a Londres. Visita el despacho del abogado Jaggers; es oscuro y algo siniestro, con dos máscaras mortuorias horripilantes. Jaggers trata a los clientes con dureza y displicencia. Es frío y cerebral. Su ayudante es Wemmick, fiel y exacto en su trabajo. Pip debe pasar unos días en la posada del hijo del señor Pocket. De allí iría a la casa del padre, en otra ciudad,Hammersmith .

CAPÍTULO XXI

Wemmick lo lleva a casa del Sr. Pocket, hijo. Tiene que esperar un poco. Llega y explica que ha ido a comprar algo de comida. Se reconocen: es el caballero pálido con el que se había peleado. 

CAPÍTULO XXII

Herbert le explica que está ese día en la casa porque Havisham lo ha llamado para ver si se puede aficionar a él. No ocurre eso. Califica a Estella de «tártara». Le cuenta que su padre es primo de Havisham. Se caen bien y se cuentan sus vidas. Como nombre familiar, a Pip le llama Haendel de ahora en adelante. Le cuenta la historia de Havisham: un novio, que es un farsante, le roba el dinero y la deja tirada el día de la boda. Ella pierde el juicio y detiene el tiempo en ese punto. Havisham tiene un hermanastro manirroto y alocado. Un joven le hace la corte a la chica y ella se enamora perdidamente, pero es solo para quedarse con su dinero. La deja plantada el día de la boda. No se sabe más de él, ni del hermanastro. La fábrica de cervezas quiebra y Havisham queda medio enajenada. Adopta a Estella. Herbert observa negocios para encontrar el que mejor le convenga, pero no gana nada. Viajan a Hammersmith para que Pip se instale allí. Tiene seis hijos pequeños, los Pocket; la madre, Belinda, vive con ínfulas de grandeza, pero no está justificado; no está totalmente en sus cabales. El padre, Mateo, da clases particulares.

CAPÍTULO XXIII

Tienen en casa de los Pocket otros dos pupilos, Bentley Drummle y Startop. El primero es soberbio, agresivo y malencarado. Startup es un joven agradable y estudioso. Belinda no sabe cuidar de los hijos y los pone en peligro; las criadas y una hermanita algo mayor salvan de los peligros inminentes a los niños.

CAPÍTULO XXIV

Vive a medio camino entre Hammersmith y Londres, pues sigue con su habitación compartida con Herbert. Wemmick lo invita a su casa de Walworth, de modo privado. Su tutor Jaegger tiene una alta reputación en los tribunales de Old Bailey.

CAPÍTULO XXV

Visita a la casa de Wemmick; es como un castillo pequeñito, con su foso, su puente levadizo y un cañón, pero en tamaño mínimo. Tiene algunos animales de granja y cultiva un huerto. Sirve para relajarse de la oficina de abogado de Newgate. Pip cena, duerme y desayuna con Wemmick y su padre, ya anciano y muy sordo, pero mal que bien se entienden con gestos. Una criada hace las faenas domésticas.

CAPÍTULO XXVI

Acude a cenar a casa de su tutor Jaegger, junto con Drummle y Startup. Al tutor le cae bien Drummle porque es determinado, enérgico y algo brutal. Molly, la criada, les enseña los puños, a instancias de su patrón. Tiene mucha fuerza en ellos. Encontronazo de Drummle con Startup, que evita el anfitrión anunciando la hora para que cada uno se vaya a su casa.

CAPÍTULO XXVII

Lo visita Joe en Londres. Le comunica que toda la familia está bien. Havisham le pide que le diga a Pip que Estella ha vuelto y desea verlo. Joe lo trata de «caballero», cosa que a Pip no le gusta, pero Joe insiste. Se ha echado un criado que llama el Vengador. Wodsle deja la iglesia y se va a Londres de actor, donde piensa alcanzar gran éxito. 

CAPÍTULO XXVIII

Pip reconoce que se engaña a sí mismo y que es un gran falsificador. Vuelve a su ciudad innominada y se aloja en la posada «El jabalí azul». En la diligencia coincide con un presidiario que ya ha visto en «Los tres alegres barqueros». Es el de la lima, pero este disimula. El ventero le pregunta si avisa a Pumblechook, pero Pip se lo prohíbe rotundamente.

CAPÍTULO XXIX

Orlick trabaja de portero para Havisham, lo que sorprende a Pip. Saluda también a Sara Pocket. Estella está madura y hermosa; no cree en el amor ni ningún tipo de sentimiento. Havisham lo incita para que ame a Estella, cosa que él ya hace y no puede evitar desde la primera vez la vio. Aparece Jaggers también. Cenan los cuatro. 

CAPÍTULO XXX

No visita a Joe y luego se arrepiente. El ayudante del sastre, señor Trabb, se burla de él en dos ocasiones, tachándolo de cobarde y advenedizo. Emprende el camino de vuelta para no encontrarse con Pumblechook; la diligencia lo recoge después y comparte asiento con Jaggers. Le confiesa a su amigo Herbert que está totalmente enamorado de Estella, pero que ella lo desprecia. El amigo lo consuela y de paso le dice que tiene novia y se llama Clara. Su padre está enfermo crónico en la cama. Hace mucho ruido en ella, golpeando el suelo. Van al teatro a ver actuar a Wopsle. 

CAPÍTULO XXXI

La representación de Wodsle del Hamlet es mala. El público la abuchea e interrumpe con comentarios impertinentes. Lo invitan a cenar en la Posada de Barnard, donde viven Pip y Herbert, y charlan hasta las dos de la madrugada. Pip está amargado pensando en Estella.

CAPÍTULO XXXII

Estella le dice por carta que al día siguiente llega a Londres y desea que la acompañe. Llega con mucha anticipación. Se encuentra a Wemmick y va con él a la prisión de Newgate. Ahí el ambiente es terrible; miseria y dolor por doquier. Habla con un coronel que lo van a ahorcar en pocos días. Le regala un par de palomas mensajeras; «es algo de valor y fácilmente transportable».

CAPÍTULO XXXIII

Recoge a Estella en la estación de diligencias y la acompaña a Richmond, Surrey, donde vivirá una temporada con una viuda y su hija para hacer relaciones sociales. Pip la acompaña gustosamente, pues está profundamente enamorado de ella, y se lo dice. Estella ha pasado también una temporada en Francia. Pip está tentado de pedirle consejo al señor Pocket, pero se arrepiente. Traga su dolor a solas.

CAPÍTULO XXXIV

Pip contrae deudas. Entra en el club «Los pinzones de la enramada». Se juntan cada quince días para comer, charlar y divertirse. Allí se encuentra con Bentley Drummle, lo que no le agrada. Se siente desdichado y está desnortado. Las deudas aumentan, junto con Herbert. Viven en el apartamento de la Posada de Barnard. Recibe una carta de una funeraria anunciando la muerte de la señora J. Gargery.

CAPÍTULO XXXV

El Sr. Trabb dirige la funeraria; organizan el luto en la casa de Joe, poniéndoles una capa a los familiares, algo ridículamente. Allí habla con Joe, con Biddy y con Pumblechook, a quien odia intensamente porque no para de propagar por la aldea y la ciudad que él es el responsable de haber enderezado a Pip en su vida. Biddy le anuncia que será la nueva maestra del pueblo de la escuela que están acabando de construir. Orlick la ronda; ahora trabaja en las canteras; pero ella no le hace caso. Biddy está resentida por el rechazo de Pip, pero lo lleva con dignidad.

CAPÍTULO XXXVI

Pip cumple veintiún años, con lo que es mayor de edad. Recibe más dinero mensual como asignación para vivir holgadamente, a pesar de sus deudas; son quinientas libras, una fuerte cantidad. Le pregunta por la identidad del bienhechor, pero no se la desvela. Pip quiere ayudar a Herbert económicamente, pero no sabe cómo. Ha de ir a visitar a Wemmick a su casa de Walworth para recibir consejos privados y particulares, fuera del ámbito profesional.

CAPÍTULO XXXVII

Wemmick y la señorita Skiffins son novios y se hacen caricias. Wemmick hace que un hermano de Skiffins logre un negocio donde Herbert puede invertir y trabajar. El negocio lo lleva Clarriker; son consignaciones de mercancías por todo el mundo y comercio. La ayuda económica de Pip debe quedar en secreto, y así se hace.

CAPÍTULO XXXVIII

Estella, que vuelve a vivir con su madrastra, le hace ver que debe olvidarse de ella porque no lo quiere. Discusión entre Havisham y Estella sobre los sentimientos recíprocos. Pip se entera de Drummle, la Araña, corteja a Estella, lo que lo irrita mucho. Le aconseja a ella que lo deje, porque es mala persona. Fuerte discusión con Drummle en el club por Estela, pero no llega a mayores.

CAPÍTULO XXXIX

Pip tiene veintitrés años ya. Ahora vive en el Temple, Garden Court, junto al río, con Herbert, que está metido de lleno en su empresa; por ejemplo, viaja a Marsella; este ve menos a Pipp. En una noche de tormenta feroz, oye un ruido en la escalera. Sale con una lámpara. Sale y recibe a un hombre de unos sesenta años. Resulta ser el prisionero al que ayuda a limar su grillete. Es su benefactor. Fue deportado a Nueva Gales del Sur (Australia); se hace pastor y tratante de ganado; gana mucho dinero; se ajusta con Jaggers porque su objetivo en la vida es hacer de Pip un caballero. No tiene nada más. Pip está receloso y el hombre le resulta algo repulsivo. Le da algo de comer y lo deja que duerma en su apartamento. Está confuso.

«Este es el final de la segunda fase de las esperanzas de Pip»

CAPÍTULO XL

Descubre que alguien ha seguido a su protector. No logra saber quién es. Su verdadero apellido es Abel Magwitch, pero ha adoptado, al volver ilegalmente, el de Provis. Pip confirma con Jaggers que, en efecto, Magwitch es su benefactor. Pip aún lo rechaza, pero Provis es afectuoso con él y está feliz a su lado. Provis le sugiere que lleve una vida ostentosa, gastando a lo loco.

CAPÍTULO XLI

Llega Herbert y Pip le cuenta todo. Hablan los tres hombres. Lo llevan a una pensión en otra calle, cuyas ventanas se pueden ver de un lugar a otro. Pip piensa en alistarse como soldado y marchar lejos. Herbert le hace ver que es descabellado. Lo mejor es que vaya al extranjero, acompañado de Pip.

CAPÍTULO XLII

Magwitch les cuenta a ambos amigos su vida. Nace pobre. Vive de picardías. Conoce a Compeyson, que lo manipula y engaña; esta se queda con el dinero de los robos y Magwitch con la responsabilidad penal. Contra él lucha en la zanja, cuando lo ve Pip. Juntos se dedican a la estafa, poner en circulación billetes falsos y otras ilegalidades. Arturo es otro compinche, que está muy enfermo. Arturo cae enfermo; tiene alusiones con una visita de la muerte, y muere. Magwitch puede aprender del maltrato de Compeyson a Arturo, pero no le interesa, está ciego; quiere dinero. Los juzgan por falsificar moneda. Compeyson lo traiciona en el juicio y a Magwitch le cae una pena mayor; le jura al otro que le romperá la cara. Eso explica la pelea en la zanja del marjal. Compeyson es quien enamora a Havisham. Arturo es el hermano de esta.

CAPÍTULO XLIII

Pip visita a Havisham para saber más y para ganar algo de tiempo. En la posada de «El jabalí azul» se encuentra con Drummle. Tienen una fuerte discusión porque este le confirma que corteja a Estella y que ella lo admite y avanza el noviazgo.

CAPÍTULO XLIV

Se entrevista con Havisham y Estela. Les descubre que sabe quién es su protector, pero no dice el nombre. Pide dinero para Pocket padre e hijo, y se muestra receptiva. Reprocha amargamente a Estela que no le haga caso y ella le responde con dureza, diciéndole que la deje en paz. Y que pronto se casará con Drummle. Queda desolado. Vuelve a casa y le espera en la portería una carta de Wemmick diciéndole que debe leer la carta ahí y no subir a su casa.

CAPÍTULO XLV

Duerme en un hostal. Al amanecer va a casa de Wemmick. Este le informa que oye en la cárcel rumores que se sabe que el tío Provis está de vuelta de Australia. Y que ciertos enemigos lo vigilan, y a Pip también. Al fin, le confiesa que el acosador es Compeyson. También avisa a Herbert. Deciden esconder a Provis en una casa al lado del río, pero algo lejos, donde ahora vive Clara, novia de Herbert, con su padre, que está grave y postrado en la cama. La casa la administra la viuda Whimple; tiene tres pisos, es blanca, de madera y tiene ventanas al río. Hebert traslada a Provis.

CAPÍTULO XLVI

Pip visita la casa. Conoce personalmente a Clara, la novia de Hebert. El padre vocifera, golpea el suelo y come y bebe en demasía. Pronto morirá. Provis está de buen humor y piensa que todo se arreglará. Deciden comprar un bote y salir a remar, como de paseo, y llegar a la altura de la casa. Cuando Provis los vea, cerrará la cortina. Vuelve a su apartamento y compra una barca de remos.

CAPÍTULO XLVII

Pasan algunas semanas sin novedades. Los acreedores le reclaman la devolución del dinero. Vende algunas joyas. Le devuelve a Provis una cartera llena de mucho dinero porque está dispuesto a renunciar a él. Pip está aburrido y preocupado. Va al teatro a ver a Wopsle actuar; representa piezas cómicas grotescas. Este le dice que tras él, algo oculto, había otro espectador; piensa que es amigo de Pip, pero este va solo al teatro. Confirma así que alguien lo vigila. Le dice que es el de la cara marcada en la pelea de la zanja. Se lo cuenta a su amigo Hebert y quedan los dos muy preocupados, analizando el asunto.

CAPÍTULO XLVIII

Una semana después Pip se encuentra con el señor Jaggers. Cenan Pip, Jaggers y Wemmick en casa del abogado. Este le dice que debe visitar a Havisham por un asunto pendiente. Pip se fija en la criada, Molly, la de fuertes puños. Al acabar la cena, camino de casa, Wemmick le cuenta que veinte años atrás es juzgada de asesinato y es absuelta. La defiende Jaggers; luego la toma de empleada de hogar y la domestica; tiene Molly una hija, que debe renunciar a ella. Es Estella, que Jaggers da en adopción a Havisham. El padre es Provis, que ya ha renunciado antes. Estos cabos los ata Pip, porque Wemmick lo desconoce.

CAPÍTULO XLIX

Pip visita a Havisham. Esta le da 900 libras para Hebert y su negocio, pero su nombre debe quedar en secreto. Estella ya está casada con Dummel. Ahora Havisham se arrepiente de cómo educa a Estella y cómo la manda a un futuro oscuro con ese hombre. Comprende que se debería haber casado con Pip, pero ya es tarde y Havisham se arrepiente duramente. Se aclara todo respecto del origen de Estella y cómo Jaggers se la entrega cuando la niña tiene dos o tres años. Se le incendia el vestido al lado del fuego. Pip la salva en el último segundo. Él queda herido en un brazo.

CAPÍTULO L

Havisham perdona a Estella por no casarse con Pip. Le hacen una cura del brazo y vuelve a Londres. Llega Herbert y lo cura y cuida atentamente. Hebert le cuenta a Pip lo que Provis le ha relatado de su vida. Tiene una hija con la mujer de las manos fuertes, a quien Provis quiere. Un buen día, desaparecen las dos y nunca supo más. Pip le revela a Hebert que Provis es el padre de Estella.

CAPÍTULO LI

Pip visita a Jaggers en su despacho de Little Britain. Este le entrega las novecientas libras de Havisham para el negocio de Hebert. Pip le desvela a Jaggers, delante de Wemmick que sabe quiénes son los padres de Estella. Jaggers le dice, como si fueran suposiciones, que todo lo que sabe es cierto. Y le confirma que su criada es la madre de Estella. Y que esta se casa por dinero. El abogado y su ayudante en la oficina no tienen sentimientos, todo es razón, orden y negocios, con dinero de por medio.

CAPÍTULO LII

 Pip le da el dinero a Clarriker, el socio principal de Hebert; le anuncia a Pip que deben abrir una sucursal en Oriente y Hebert será el responsable. Lo preparan todo para subir a un barco a Hamburgo, subiendo a bordo muy al sur de Londres, en los marjales. Recibe una carta diciéndole que vaya a la casa de la compuerta, de los marjales, de su pueblo, si quiere saber noticias de su tío Provis. Debe llevar esa carta consigo. Alguien más sabe mucho de este. Duda y decide ir sin decir nada a nadie. Por el pueblo Pumblechook ha logrado hacer creer a todos que Pip sale adelante en la vida gracias a él.

CAPÍTULO LIII

Pip va a la casa de la compuerta. Orlick lo reduce y lo ata, dejándolo a su merced. Le dice que lo odia, pues lo echaron del trabajo de portero de Havisham, lo alejó de Bippy. Le anuncia que él mató a la señora Joe. Lo meterá en un horno de cal y lo quemará vivo, para que no quede nada de él. Pip está angustiado y piensa que deja un mal recuerdo entre la gente que quiere. Orlick está borracho y no para de beber. Le dice que lo ha vigilado en Londres. También le dice que otros, Compeyson, persiguen a Magwitch (Provis) y lo matarán. Cuando se dispone a ejecutar a Pip aparecen Herbert y Startop y lo liberan. Orlick, herido, logra huir. Sus amigos se enteran porque a Pip se le cae la carta al salir, estos la encuentran y lo siguen. Así lo liberan. Vuelven a Londres y ha de guardar cama por la debilidad.

CAPÍTULO LIV

Es marzo; lo preparan todo para huir de Inglaterra en un barco. En el bote, con Herbert y Starstop recogen disimuladamente a Provis, que va de muy buen humor. Cenan y duermen en una posada río abajo, entre Kent y Essex. Contratan dos barcos, por precaución, uno a Hamburgo y otro a Rotterdam. El ayudante de la taberna les dice que una lancha de cuatro remos andaba por allí. Piensan que son aduaneros, pero no están seguros. Pip ve desde la ventana de su habitación a dos hombres caminando, alejándose. Se acerca el barco de Hamburgo, pero llega la lancha y les da el alto; son policías acompañados de alguien embozado; saltan a su lancha. El vapor también se acerca. Provis se pelea con alguien; confusión. los luchadores caen al agua. Un rato después vuelve Provis, el otro no vuelve; está ahogado; es Compeyton. Provis está herido, con una herida en el pecho y costillas rotas. 

CAPÍTULO LV

Le hacen un nuevo juicio a Provis y lo declaran culpable. Herbert tiene que marchar a El Cairo por su negocio. Le ofrece trabajo a Pip allí; no dice que no. Clara acepta que vivan los tres juntos. El padre de Clara se está muriendo. Él irá a El Cairo, volverá, se casará y se irán los tres juntos. Visita a Wemmick en su casa; dan un paseo y acaban en la iglesia. Allí esperan la señorita Skifffins y su padre. Se casa. Luego lo celebran con una comida. Todo es emotivo.

CAPÍTULO LVI

Magwitch empeora en la cárcel, pero lo ahorcarán. Lo llevan a la enfermería porque empeora. Le confiesa Pip a Magwitch, en el lecho de muerte, que su hija vive, es Estella y él la ama. El padre queda muy complacido y muere acto seguido por las enfermedades, sin llegar a ser ahorcado.

CAPÍTULO LVII

Pip deja el apartamento de Temple. Pone todos los muebles a la venta. Está enfermo y solo. Sufre alucinaciones. Tiene una deuda de 123 libras y los acreedores lo acosan. Joe lo visita y lo cuida; luego se entera que acaso estuvo un mes y medio postrado. Saben de la situación delicada de Pip por una carta que reciben. Joe le informa que Havisham ha muerto. Su fortuna va a la señorita Estella. Deja 4000 libras a Mateo Pocket por lo que Pip le dice a Havisham antes. Orlick se convierte en criminal; asalta la casa de Pumblechook, pero lo pillan y va a la cárcel. Joe le da una lección de humildad, moralidad y amistad fuerte. Cuando Pip cura, se va sin despedirse, pero dejando una nota. Ya sabe escribir bien. Le paga las deudas. Planea casarse con Biddy y va al pueblo para aclarar la situación.

CAPÍTULO LVIII

La noticia de que se ha evaporado su fortuna ya se sabe en su pueblo. En «El jabalí azul», la posada de la pequeña ciudad, se muestran todos fríos y distantes. Le dan una habitación humilde y mala. Por la mañana visita la casa Satis (de Havisham). Está todo a la venta porque va a ser revisada. Come y en la taberna se encuentra con Pumblechook; este se envanece de lo que le ayuda desde que es un bebé hasta ahora. Georgians María es el nombre de la hermana que cría a Pip «a mano». Acusa a Pip delante de la clientela de ingratitud, lo que irrita a Pip. Este lo trata de impostor. Estamos en junio. Biddy es la maestra de la nueva escuela. Justo llega a la herrería cuando Joe y Biddy se casan; están con sus mejores ropas. Se siente feliz. Vuelve a Londres. Salda el resto de las dudas y se va con Herbert y trabaja como empleado de «Clarriker & Co.». Unos años después pasa a socio de la empresa. Herbert se entera de cómo Pip y Havisham le dan dinero para ser socio varios años antes. Comprende Pip que su amigo es hábil y es él el inepto.

CAPÍTULO LIX

Pasan nueve años. Se cartea con Joe y Biddy. Vuelve a Inglaterra y los visita. Joe y ella tienen un niño y se llama Pip. Se entera que Estella está viuda. Se acerca a Satis; ya no hay casa, es solo un solar. Pasea por él y se encuentra con Estella, que es la propietaria, pero ahora se construirán casas. Ella confiesa que ha sufrido. Se declaran su amistad y se cogen de la mano. «Ya no vi la sombra de una nueva separación entre Estella y yo».

2) Temas de la novela

Esta magnífica novela aborda varios temas (que se pueden concentrar en la persona del protagonista):

  • La trayectoria vital de un hombre depende de sus valores morales, no de su fortuna.
  • La riqueza facilita totalmente la vida material, pero no la emocional, ni la intelectual, que dependen de la voluntad y la nobleza personales.
  • La humildad y la perseverancia garantizan una vida moral sana y firme. Las grandes esperanzas se ganan con integridad y trabajo, no con golpes de fortuna.
  • Las tensiones sociales provocan violencia (económica, física, etc.).

3) Apartados temáticos o secciones de contenido

Como se puede ver en el resumen, la novela presenta una estructura clásica:

-Una primera parte es la introducción o presentación de los personajes, el lugar y el tiempo y el conflicto que rompe el equilibrio previo; consta de los primeros diecisiete capítulos. Desarrolla la infancia y adolescencia de Pip, hasta los diecisiete años, aproximadamente. Es aprendiz de herrero y rechaza a Biddy como novia.

-Desarrollo o nudo; va del capítulo XVIII al LVII. Abarca la juventud de Pip, desde los dieciocho hasta los veintidós años, aproximadamente. Vive en Londres, rodeado de lujos y con mucha solvencia económica. Estella no le hace mucho caso, pero él persevera. Se desorganiza económicamente y contrae deudas. Deja de lado a las personas que realmente lo quieren, Joe y Biddy. Irrumpe su protector, con lo que se trastorna toda su vida.

-La tercera parte es la resolución o desenlace. Ocupa los dos últimos capítulos (LVIII y LIX). La vida sigue su curso: se casan los enamorados, buscan un oficio las personas firmes y Pip, al fin, descubre su camino: trabajo, honradez y perseverancia. Once años después de esa decisión encuentra el premio del amor de Estella, que ha pasado por un doloroso camino de búsqueda de su verdad existencial. La dosificación es muy hábil, pues hasta los pasos finales no sabemos el final; en los dos últimos capítulos se ofrecen explicaciones que permiten entender todos los acontecimientos anteriores. 

4) Lugar y tiempo de la acción narrativa

La acción se concentra en tres lugares: una aldea próxima a un marjal, una ciudad pequeña próxima y Londres, a quince kilómetros de distancia, aproximadamente. Son tres ambientes sociales muy distintos, pues va de lo rural, conservador y rutinario a la vida comercial muy activa de una metrópolis como es Londres en la segunda mitad del siglo XIX. Barcos, gente, construcción de vivienda, industria, banca, hoteles y apartamentos marcan el ritmo de una ciudad rica y en constante transformación. Sus barrios (Soho, Little Britain, Tempel, etc.) tienen personalidad propia y dan color a las escenas, aumentando mucho la verosimilitud. No se ofrece el nombre de la aldea ni de la pequeña ciudad donde nace y pasa la infancia y adolescencia de Pip, pues son prototípicas. Dentro de ellas destacan la herrería y casa de Joe y la gran mansión de la Havisham, respectivamente. Las tabernas y hostales revisten importancia porque en ellos se desarrolla la vida social.

Grandes esperanzas se publicó en la revista All the Year Round (fundada por el propio Dickens) y apareció en entregas semanales (dos capítulos en cada una de ellas) entre diciembre de 1860 y agosto de 1861. Con esta cronología y conociendo los hábitos de Dickens, que solía escribir su novela entre cada entrega, podemos afirmar que el tiempo de la escritura coincide con los años 1860 y 1861. El tiempo de la acción narrada va de 1812 a 1840 (a lo largo de la narración se ofrecen datos indirectos sobre los cambios en la ciudad de Londres). La duración de la acción, como podemos deducir, es de veintiocho años, aproximadamente. Vemos que coincide con la vida de Pip.

5) Figura del narrador

Estamos ante un narrador en primera persona, el personaje Pip. Su omnisciencia, lógicamente, es limitada a lo que él vive, ve y conoce, o le cuentan los demás. Se trata de un narrador homodiegético y protagonista. Naturalmente, es interno, subjetivo y de omnisciencia limitada.

6) Personajes

Como es normal en las novelas de Dickens, el número de personajes es elevado. Una docena de ellos adquieren cierto protagonismo. Veámoslo por orden de importancia.

Pip (Felipe Pirrip) es el personaje protagonista, además de narrador, como antes señalamos. Es un niño de siete años cuando comienza la obra, y con treinta y cinco cuando termina. Es un niño huérfano, pobre y semianalfabeto cuando comienza el relato. Al prendarse de Estella, cambia su escala de valores. Ya no acepta su futuro de herrero, al lado de su cuñado Joe y aspira a algo más, en realidad, a ser «un caballero», es decir, una persona respetada por su posición social, que viene dada por su riqueza y por su vida social, siempre dentro de la etiqueta rígidamente impuesta. Cuando un benefactor anónimo le solventa su futuro económico, en su vida se produce un gran vuelco material, sentimental y moral. Pasa a vivir en Londres y recibe una educación esmerada como señorito rico a cargo de Pocket. Lo respetan y admiran allí por donde pasa, excepto Estella, que lo humilla y desprecia en cada ocasión. Esto es lo que a Pip le hace sufrir: su éxito material no está acompañado del sentimental, ni del moral. No avanza en la construcción de un sistema ético firme y claro, de modo que oscila de un punto a otro. En cierto modo, traiciona a las dos personas que más respeta: Joe y Biddy. Y también lo hace, aunque por poco tiempo, con su promotor, Magwitch. Al fin, encuentra la redención a través de la amistad (Hebert es su baluarte fundamental) y del amor (Estella al fin comprende que lo quiere). Queda sin dinero, o parte de él, aprende a trabajar, a respetar y a esperar que las cosas ocurran en su momento propicio, ni antes ni después. Se hace simpático al lector porque no es malvado, aunque tontuelo en muchas ocasiones. No tiene mal corazón, solo confusión y tozudez, con sus dosis de vanidad, que no es poco. 

Joe es cuñado y amigo de Pip. Es el herrero, esposo de su hermana Maria; también le llaman señora Joe Gargery, que es el nombre de su marido. Es una mujer mandona, violenta y atrabiliaria. Hace que su marido y su hermano, al que ha criado «a mano», le tengan miedo porque les pega a los dos con un bastón y sin grandes miramientos. Joe es una figura central en la novela porque es un hombre con un sólido marco moral, que nunca abandona: fiel a sus amigos, como su cuñado Pip, a quien trata de amigo, prudente en sus decisiones, buen trabajador como herrero, nada ambicioso y respetuoso con todos. De cabeza algo dura, es humilde en su forma de ser, amable y servicial. Le cuesta muchas recriminaciones de su mujer, pero lo lleva bien. Lacónico en su habla, no deja de progresar con la escritura y se mantiene muy firme en sus convicciones morales. Entre ellas, la de que su felicidad está en su aldea, desempeñando el oficio que sabe, el de herrero. Tuvo que superar una infancia desgraciada y paupérrima, pues su padre era alcohólico y golpeaba a él y a su madre sin miramientos. En el fondo, es el faro moral que guía a Pip, solo que este no lo comprende hasta no tener veintidós años. 

Su mujer María Marguerite, hermana de Pip, es una mujer resentida y gruñona. Utiliza la violencia contra su marido y su hermano para enderezarlos en su camino vital. Son procedimientos exagerados y pocas veces justificados. A cambio mantiene en orden la casa y señala un camino de conducta a los dos hombres. Es aduladora, en cambio, con el tío Pumblechook, hombre adinerado y petulante, que presume de haber contribuido al futuro de Pip, pero no ha hecho nada por él.

Biddy es una chica con algo de estudios, más adelantada que Pip. De hecho, le enseña cosas. Al ser la nieta de la tía abuela de Wodsler, que lleva la escuela, algo del magisterio se le ha pegado. Es una chica agradable, servicial y templada en sus decisiones y reacciones. Parece que se ha enamorado de Pip, pero este no le corresponde. Cuando muere su abuela, pasa a vivir directamente a casa de Joe, para atender a su mujer, postrada en silla por un ataque que ha recibido. Al fin, encuentra la felicidad casándose con Joe, tras la muerte de la señora Joe, la hermana de Pip. Tienen un hijo, lo que colma de felicidad al matrimonio. También ejerce una clara influencia positiva sobre Joe, pues es un ejemplo de sentido común, entrega a los demás y eficacia en su trabajo. 

Estella es el personaje femenino más importante. Joven, rica y bella, actúa con caprichismo y cierta maldad, sobre todo ante los hombres. Está moldeada por su madrastra Havisham, así que su odio a los hombres está muy arraigado. Hace un matrimonio equivocado con un hombre egoísta y obtuso y lo paga sobradamente. Por primera vez, sufre en su vida. Solo diez años después, tras la muerte de su marido, Dummel, viejo conocido de Pip. Ella es la desgracia del protagonista; finalmente, también trae la felicidad cuando reconoce su egoísmo y ceguera existencial; ahí comprende que ama a Pip y se unen ya definitivamente. Estella es un personaje un tanto irritante porque se porta como el perro del hortelano, que ni come, ni deja comer. 

La señorita Havisham es otro personaje relevante. Es rica, pero está medio trastornada porque un novio (luego sabremos que es Cospeyton, amigo de su hermano Arturo, un casquivano y despilfarrador de su fortuna) la abandonó el día de su boda. Havisham es caprichosa, vive sepultada en casa sin ver la luz natural y solo espera la muerte para liberarse de sus demonios. Se ha esmerado muy bien en educar a su hija adoptiva Estella para que odie a los hombres, les haga sufrir y los humille a cada momento. En sus últimos días de vida, reconoce su error ante Pip y pide perdón por sus caprichos, pero ya es tarde. Reconoce la valía de su primo Mateo Pocket y lo recompensa en el testamento.

El presidiario del grillete en el pie, que resulta ser Abel Magwitch (también conocido por «tío Provis») es otro personaje importante. Es el benefactor de Pip, aunque este lo ignora hasta después de su mayoría de edad, a los veintiún años. En efecto, es un ladrón y granuja, pero que sabe enmendarse. Es deportado de por vida a Australia; allí endereza su vida y amasa una gran fortuna, que pone en manos de su abogado para que el joven Pip lleva una vida de caballero. Encuentra su redención en el niño que le quitó el hambre y le proporcionó una lima para deshacerse de su grillete. Es otro de los redimidos de la novela, pues evoluciona positivamente de la maldad a la bondad, del latrocinio a la generosidad. Condenado a la horca por quebrantar la deportación, acepta con dignidad y espíritu cristiano su destino fatal. Muere antes, en la cama de la enfermería de la prisión, sin embargo, por las heridas recibidas en su pelea final con su más acérrimo enemigo, el malvado Cospeyton; Este fue quien engañó a Havisham; es un cínico tramposo y cruel que no duda en sacrificar a sus amigos para salir airoso de sus tropelías constantes. 

Hebert es otro personaje importante porque convive y marca una influencia positiva sobre Pip. Son de la misma edad; Hebert recibe una educación esmerada, pero es más bien pobreto. Sin embargo, su optimismo y sentido común lo salvan de hacer tonterías o caer en la desesperación. Con la ayuda económica de Pip logra encontrar un buen trabajo en una empresa de consignaciones y comercio marítimo; encarrila su vida, se puede casar con Clara y darle empleo a su amigo, así que, en cierto modo, se salvan mutuamente. Su capacidad de resolución y reacción a las adversidades es encomiable; sirve para que su amigo Pip salve la pelleja en más de una ocasión.

El abogado Jaggers es un personaje esencial; muy original y atrabiliario, piensa y actúa como una máquina de racionalidad, pues su profesión se lo exige. Brillante y astuto, salva a muchos clientes de ser condenados en los tribunales. Domestica a Dolly, su empleada de hogar, seguramente homicida. Es un hombre práctico, implacable con todo el mundo y fiel a sus principios de leguleyo: busca la lógica y la racionalidad exacta en todas sus decisiones y pensamientos. «Todo el mundo debería comprender sus asuntos» es su frase nuclear. Ahí se encierra la clave de su éxito y de su comportamiento exigente y estricto con todos los que lo rodean, sobre todo si hay asuntos económicos concernidos. Sin embargo, es un profesional fiel, riguroso y exacto, de modo que sus clientes lo aprecian sobremanera.

Wemmick es el ayudante de Jaggers. Se hace amigo íntimo de Pip, de ahí que su papel sea muy relevante. Es fiel y exacto en sus apreciaciones y actuaciones. Es un hombre que esconde, en el trabajo, una faceta personal y familiar de cariño y respeto; en casa, con su padre, es un buen empleado que oculta su actuación rigurosa y firme con los clientes. El hecho de que viva en una especie de castillo de juguete, con un padre mayor y sordo, cultivando su huerto y cebando un cerdo, le dan un toque rústico muy interesante. Precavido hasta lo ridículo, actúa con tino y ayuda mucho a Pip en momentos peligrosos. Su frase favorita, «es algo de valor fácilmente transportable», aplicado a cualquier cosa, nos muestran su espíritu práctico. Al final, se casa con su criada y encuentra la felicidad conyugal.

Orlick es el antagonista más visible. Hombre huraño, violento y de intenciones criminales, no duda en liquidar, o intentarlo, a todo aquel que se interpone en su camino. Mata a la señora Joe y casi lo logra con Pip. Otro antagonista destacado es Dummel; logra casarse con Estella, asegurando la infelicidad de esta y su propia muerte violenta al maltratar un caballo. Es arrogante y cínico en grado sumo. Estella, ofuscada y soberbia, lo elige como marido, pero lo pagará caro. También entra en este grupo de antagonistas Compeyton; tiene mucha responsabilidad en los infortunios porque utiliza todo tipo de tropelías para alcanzar sus objetivos de lucro y hacer daño a los demás. Él había dejado plantada en su boda a Hahisvam, origen de muchas desgracias de Pip y Estella.

Existen otros muchos personajes secundarios curiosos, muy bien caracterizados y con cierta aportación. Forman este catálogo: el ayudante del sastre, los primos de Hashivam, la empleada de hogar Dolly, Startop, etc.   

7) Rasgos estilísticos y narrativos

Estamos ante una novela cuidadosamente construida y elaborada, como corresponde a la fase de madurez de Dickens. El desarrollo lineal esconde un intenso trabajo de documentación sobre la ciudad de Londres y de elaboración estilística. Capítulos con personajes aparentemente desconectados, o irrelevantes, resultan ser decisivos para entender el desenlace final. Eso ocurre con Cospeyton, con Wemmick, etc.

El estilo es aparentemente sencillo, pero encierra una auténtica maravilla expresiva. El léxico es variado y preciso; su carga evocadora es muy amplia y su capacidad para crear imágenes poderosas en el lector es elevadísima. Las oraciones más bien cortas y el acierto en el empleo de los procedimientos retóricos (personificaciones, elipsis, metáforas, personificaciones, etc.) aportan expresividad y un tono familiar y de cercanía. El texto tiene un sentido reflexivo y crítico muy marcado; todo él invita a una reflexión sobre las injusticias humanas de orden social y personal, y sobre las consecuencias de la violencia desatada (muchas veces, justificada; otras, gratuita) en sociedades hartas de ignominias.  

Veamos, como ejemplo, el capítulo I del primer libro, con un arranque emotivo y fuerte, con sorpresas e intriga bien concentradas:

CAPÍTULO I 

«Siendo Pirrip el apellido de mi padre, y Philip mi nombre de pila, mi lengua infantil no alcanzó a hacer de ambas palabras nada más largo ni más explícito que Pip. Así, yo me llamé a mí mismo Pip, y por Pip vine a ser conocido de los demás. 

Digo que Pirrip era el apellido de mi padre, fundándome en la autoridad de su losa sepulcral y en la de mi hermana, la señora Joe Gargery, casada con el herrero. Como nunca vi a mi padre ni a mi madre, ni retrato alguno suyo (pues vivieron mucho antes de inventarse la fotografía), mis primeras imaginaciones acerca de cómo habrían sido ellos nacieron, yo no sé por qué, de la contemplación de sus lápidas sepulcrales. La forma de las letras en la de mi padre me dio la extraña idea de que había sido un hombre recio, cuadrado, moreno, con el pelo negro y rizado. De los caracteres y estilo de la inscripción «Y Georgiana, esposa del arriba dicho», saqué la pueril deducción de que mi madre había sido pecosa y enfermiza. A las cinco pequeñas losas, de pie y medio de largo cada una, dispuestas en ordenada fila al lado de la sepultura y consagradas a la memoria de cinco hermanos míos (que abandonaron prematuramente la lucha por la vida), debo la creencia, que he conservado religiosamente, de que todos ellos habían nacido tumbados de espaldas con las manos en los bolsillos, y jamás, mientras estuvieron en este mundo, las habían sacado de allí. 

Era la nuestra una región de marjales, cruzada por el río y distante unas veinte millas del mar. Creo que mi primera impresión vívida y clara de la identidad de las cosas data de un desapacible y memorable atardecer. Fue entonces cuando adquirí la certidumbre de que aquel erial cubierto de ortigas era el cementerio; de que Philip Pirrip, de esta parroquia, y también Georgiana, mujer del arriba dicho, estaban muertos y enterrados; de que Alexander, Bartholomew, Abraham, Tobias y Roger, niños hijos de los antedichos, estaban también muertos y enterrados; de que la llanura yerma y sombría del otro lado del cementerio, entrecortada por diques y zanjas y barreras, y donde se veía algún ganado paciendo, eran los marjales; de que el cubil salvaje y lejano de donde salía furioso el viento era el mar; y de que el pequeño montón de escalofríos que se iba asustando de todo ello y se echaba a llorar, era Pip. 

—¡Cállate! —gritó una voz terrible, al tiempo que un hombre salía de pronto por entre las sepulturas junto al porche de la iglesia—. ¡Estáte quieto, pequeño demonio, o te degüello! 

Era un hombre espantoso, vestido de burdo paño gris, que llevaba un gran hierro en la pierna. Un hombre sin sombrero, con los zapatos rotos y un trapo viejo atado a la cabeza. Un hombre empapado en agua y cubierto de lodo, con los pies lastimados por las piedras, herido por los pedernales, punzado por las ortigas y desgarrado por las zarzas; que cojeaba y tiritaba y gruñía y echaba lumbre por los ojos; y cuyos dientes entrechocaban cuando me agarró por la barbilla. 

—Oh, no me degüelle, señor —supliqué, aterrorizado—. ¡Por Dios, no lo haga! 

—¿Cómo te llamas? —dijo el hombre—. ¡Pronto! 

—Pip, señor. 

—Otra vez —dijo el hombre, mirándome fijamente—. ¡Repítelo! 

—Pip, Pip, señor. 

—Muéstrame dónde vives —ordenó el hombre—. Indícame el lugar. 

Señalé donde estaba nuestro pueblo, en la ribera baja, entre alisos y árboles desmochados, a una milla o más de la iglesia. El hombre, tras contemplarme un momento, me volvió boca abajo y me vació los bolsillos. No había otra cosa en ellos que un pedazo de pan. Cuando la iglesia volvió a estar derecha —pues la cosa fue tan brusca y violenta que el paisaje dio una vuelta completa ante mis ojos y llegué a ver el campanario debajo de mis piernas—, cuando la iglesia volvió a estar derecha, digo, yo estaba sentado sobre una alta losa sepulcral, temblando, mientras él comía vorazmente el pan. 

—Perro —dijo el hombre, lamiéndose los labios—, qué gordas tienes las mejillas. 

Creo que, en efecto, las tenía así, aunque en aquel tiempo era pequeño para mi edad, y no muy fuerte. 

—Que me condene si no sería capaz de comérmelas —dijo el hombre meneando la cabeza de un modo amenazador—, y si no me siento con ganas de hacerlo. 

Le expresé ansiosamente mi esperanza de que no lo hiciera, y me agarré fuerte a la piedra en que él me había subido; en parte para no caer, y en parte para contener mi llanto. 

—¡Y ahora, óyeme! —dijo el hombre—. ¿Dónde está tu madre? 

—Aquí, señor —respondí. 

Él se sobresaltó, echó a correr y luego se detuvo, mirando por encima del hombro. 

—¡Aquí, señor! —expliqué medrosamente—. «Y también Georgiana». Ésta es mi madre.

—¡Oh! —dijo él, volviendo—. Y ¿está tu padre aquí con tu madre? 

—Sí, señor —dije yo—; él también; «de esta parroquia». 

—¡Ah! —murmuró entonces, con aire reflexivo—. ¿Con quién vives?… suponiendo que quiera dejarte con vida, ¡que aún no sé si lo haré! 

—Con mi hermana, señor; la señora Joe Gargery, la mujer de Joe Gargery, el herrero, señor. 

—Herrero, ¿eh? —dijo, y se miró a la pierna. Después de mirarse la pierna y de mirarme a mí, una y otra vez, se acercó más a mi losa sepulcral, me cogió por ambos brazos y me echó hacia atrás todo lo que pudo sin soltarme, de manera que sus ojos se clavaban poderosamente en los míos desde arriba y los míos se levantaban hacia los suyos con el mayor desaliento. 

—Ahora atiende —dijo—, pues se trata de saber si voy a dejarte o no con vida. ¿Tú sabes lo que es una lima? 

—Sí, señor. 

—¿Y sabes lo que es comida? 

—Sí, señor. 

Después de cada pregunta me empujaba un poco más hacia atrás, como para darme una mayor sensación de impotencia y peligro. 

—Vas a procurarme una lima. —Me empujó un poco más—. Y me vas a procurar comida. —Me empujó un poco más—. De lo contrario te arrancaré el hígado y el corazón. —Y me empujó un poco más. 

Yo estaba terriblemente asustado, y la cabeza se me iba, se me iba de tal modo que me agarré a él con ambas manos y dije: 

—Si tuviera la bondad de dejarme poner derecho, señor, quizá no me sentiría tan mareado y podría atender mejor. Me hizo dar otra voltereta y me zarandeó de un modo tan tremendo que la iglesia saltó sobre su propia veleta. Después me sostuvo por los brazos de pie sobre la losa y continuó en estos horrendos términos: 

—Mañana por la mañana, temprano, me vas a traer la lima y la comida. Me lo traerás todo a aquella vieja batería de allí abajo. Si lo haces sin atreverte a decir jamás una palabra o hacer un signo que pueda dar a entender que me has visto o que has visto a nadie, se te dejará con vida. Pero no lo hagas o apártate de mis instrucciones en algún detalle por pequeño que sea, y verás cómo alguien te arranca el hígado y el corazón, los asa y se los come. Te advierto que no estoy solo, como podrías figurarte. Hay un joven escondido conmigo; comparado con él yo soy un ángel. Este joven está oyendo ahora lo que digo. Este joven tiene una manera secreta, que sólo él conoce, de llegar hasta un niño y arrancarle el hígado y el corazón. Es inútil que un niño pretenda esconderse de este joven. Un niño puede haber cerrado su puerta con llave, puede estar metido en su cama, puede arroparse bien, puede subirse el embozo hasta la cabeza, pero aquel joven hallará manera de irse acercando hasta él y abrirle en canal. Ahora mismo, me cuesta gran trabajo contener a este joven para que no te haga daño. Me cuesta mucho impedir que te llegue a las entrañas. Bien, ¿qué me dices? 

Le dije que le procuraría la lima y las cosas de comer que pudiera encontrar, y que se lo traería todo a la batería por la mañana temprano. 

—¡Di que Dios te mate si no lo haces! —dijo el hombre. 

Lo dije, y él me bajó de la losa. 

—¡Ahora —prosiguió—, recuerda lo que has prometido, piensa en este joven y vete a casa! 

—Buenas noches, señor —balbucí yo. 

—¡Y tan buenas! —dijo él volviéndose a mirar la fría y mojada llanura—. ¡Si al menos fuese yo una rana! ¡O una anguila! 

Al mismo tiempo ciñó con ambos brazos su propio cuerpo estremecido —como si se estrechase a sí mismo para no caerse a pedazos— y se fue cojeando hasta el bajo muro de la iglesia. Mientras se alejaba buscando su camino por entre las zarzas y las ortigas verdes, les parecía a mis ojos infantiles que tratase de evitar que las manos de los muertos, saliendo cautelosamente de sus tumbas, le agarraran por los tobillos y lo arrastrasen hacia dentro. 

Al llegar al muro bajo de la iglesia, lo saltó, como el que tiene las piernas yertas y ateridas, y después se volvió a mirarme. Cuando le vi volverse tomé el camino de mi casa, corriendo todo lo que mis piernas me permitían. Pero al poco rato miré por encima del hombro y le vi andando otra vez hacia el río, abrigándose todavía con los brazos, y tentando con los lastimados pies el camino entre las grandes piedras diseminadas por los marjales para servir de pasaderas cuando llovía demasiado o cuando subía la marea. 

Los marjales no eran más que una larga y negra línea horizontal cuando me detuve a mirar si aún le veía, y el río no era más que otra línea horizontal, no tan ancha pero igualmente negra, y el cielo no era más que un amasijo de encendidas líneas rojas y densas líneas negras entremezcladas. A la orilla del río, podía vagamente distinguir las dos únicas cosas que en todo aquel paisaje parecían estar derechas; una de ellas era el faro por el que se guiaban los marineros —parecido a un tonel sin aros sobre un poste—, muy feo visto de cerca; la otra, una horca de la cual colgaban unas cadenas que una vez habían tenido suspendido el cuerpo de un pirata. El hombre se dirigía cojeando hacia esta última, como si fuese el mismo pirata resucitado, que se hubiera descolgado, y volviera para ahorcarse de nuevo. Se me heló la sangre al ocurrírseme esto; y al ver cómo las vacas levantaban la cabeza para mirarle, me pregunté si ellas pensaban lo mismo. Traté de descubrir al joven sin que viese señal alguna de él. Pero ahora volvía a estar aterrorizado y corrí hacia casa sin detenerme».

8) Contextualización

Charles John Huffam Dickens (Landport, Inglaterra, 1812-Higham, Kent, 1870), conocido como Charles Dickens, es un extraordinario escritor inglés. Su estima es muy elevada tanto en vida como póstumamente porque sus obras y personajes quedaron fijos en la memoria de sus amplísimos lectores. Su propia vida parece una novela, o su gran novela.

Tuvo una infancia difícil porque su padre fue a prisión por deudas. El niño Charles comenzó a trabajar en una fábrica de betún para zapatos en un barrio de Londres. Allí conoció la explotación laboral y la vida miserable de los menestrales hambrientos londinenses. Luego se reflejaría en sus obras. Su vida se divide en dos etapas:

Primera etapa (1827-1850)

Dickens entró en el mundo de las letras muy pronto. Trabajó en 1827 como pasante en el bufete de los procuradores Ellis & Blackmore; luego, como taquígrafo judicial, periodístico y parlamentario, y desarrolló un sistema propio de braquigrafía para tomar notas rápidamente tan personalizado que se volvió ininteligible para los demás.

En 1828 comenzó a colaborar como reportero en el Doctor’s Commons y posteriormente ingresó en calidad de cronista parlamentario en el True Sun. Aficionado al teatro, intentó ser actor, pero se frustraron sus intentos.

En 1834 lo contrató el Morning Chronicle como periodista político, para informar sobre debates parlamentarios, y viajar a través del país a cubrir las campañas electorales. En 1836 reunió sus artículos en un volumen. En 1834 publicó de las primeras entregas de Los papeles póstumos del club Pickwick

En abril de 1836 contrajo matrimonio con Catherine Thompson Hogarth (1816-1879) y estableció su residencia en Bloomsbury. Tuvieron diez hijos; ninguno siguió los pasos literarios del padre.

En 1836 trabajó de editor en varios periódicos ingleses. En 1842, viajó junto a su esposa a los Estados Unidos. Este viaje le hizo reflexionar sobre sus ideas y creencias religiosas, aunque Dickens seguiría siendo anglicano durante el resto de su vida, con profundas convicciones cristianas. 

Obtuvo muchos ingresos por sus ventas; ello le permitió adquirir una casa en Gad’s Hill Place. Esta gran casa ubicada en Higham, Kent, era deseada por Dickens desde la infancia.

En 1836 publicó nueve entregas Los papeles póstumos del Club Pickwick. Su siguiente obra fue Oliver Twist (1837-1838); es un relato autobiográfico; se publicó por entregas durante dos meses. Luego vinieron Nicholas Nickleby (1838-1840) y La tienda de antigüedades (1840-1841). Para escribir esta obra se inspiró en su cuñada muerta, Mary Hogarth (en la novela, Nelly), de diecisiete años.

En 1841 Dickens fue nombrado hijo adoptivo por la ciudad de Edimburgo y viajó a Estados Unidos. Primero lo rechazaron, pero luego fue aclamado como gran escritor. Su novela Dombey and Son («Dombey e hijo», 1846-1848) maduró sus estrategias compositivas. Dejó la espontaneidad y pasó a una  un cambio en su método de trabajo: pasó de la espontaneidad a la planificación. Fundó en 1849 el semanario Household Words, donde difundió escritos de autores poco conocidos y en el que publicó dos de sus más excelsas obras: Bleak House (Casa desolada, 1852-1853) y Hard Times (Tiempos difíciles, 1854).

En estas fechas ya se considera un gran novelista de aspectos sociales lacerantes. Viajó por Italia, Suiza y Francia, en donde conoció a Alejandro Dumas y a un joven Julio Verne, además de admirar la sociedad parisina. Dicta conferencias, organiza actos literarios y culturales y aboga por causas justas (en contra de la pena de muerte, a favor de las prostitutas, etc.). Alcanzó mucho éxito y prestigio con David Copperfield

Segunda etapa (1850-1870)

Dickens padece problemas de salud en torno a 1850, a lo que contribuyó la muerte de familiares cercanos y queridos. Se separó de su esposa en 1858, pero no desentendió de la familia, a quien mantenía puntualmente. Georgina, la hermana de su esposa Catherine, se mudó para ayudarla; no está clara la relación de Dickens con su cuñada.  A pesar de todo, Dickens siguió escribiendo y dando conferencias. En 1859 publicó Historia de dos ciudades.

El 9 de junio de 1865, mientras regresaba de Francia de visitar a la actriz Ellen Ternan, Dickens sufrió un accidente ferroviario en Staplehurst. Salvó su vida de milagro; ayudó firmemente en los primeros auxilios, pero se esfumó de la investigación del choque, acaso para que no se supiera su relación con la actriz, con la que mantenía una relación desde 1857. Siguieron juntos hasta la muerte de él. 

Hacía lecturas públicas de sus obras, impostando las voces y aplicando un estilo expresivo y dramatizado, lo que encantaba al público. Escribió Nuestro amigo mutuo y comenzó El misterio de Edwin Drood, inconclusa. 

En diciembre de 1867, Dickens dio su primera lectura pública en los Estados Unidos, en un teatro de Nueva York. Cinco años después del citado accidente, el 9 de junio de 1870, murió al día siguiente de sufrir una apoplejía, sin haber recuperado la consciencia. Quiso ser enterrado en la catedral de Rochester (próxima a su domicilio), «de forma barata, sin ostentaciones y estrictamente privada». Sin embargo, fue inhumado en la llamada «Esquina de los Poetas» de la Abadía de Westminster, en Londres.​ 

En cuanto al estilo literario, Dickens escribe con un estilo natural, poetizante, con rasgos constantes de humor, ironía, sátira y cierta compasión. Casi al estilo cervantino. Dickens crea personajes muy bien caracterizados, bien por sus rasgos físicos, bien por los psicológicos. Sus nombres y costumbres, a veces excéntricas o ridículas, ayudan a guardarlos en la memoria del lector. En general, no son planos, aunque también abundan, sino cambiantes y hasta contradictorios. La ciudad de Londres casi funciona como un personaje. La describe minuciosamente, con respeto, pero con objetividad implacable y espíritu crítico

La mayoría de las obras maestras de Dickens fueron escritas como entregas mensuales o semanales en periódicos como el Master Humphrey’s Clock y el Household Words, siendo posteriormente reimpresas en libros. Estas entregas hacían las historias más baratas y accesibles. Dosificaba la intriga con gran habilidad, en general estirándola con giros dramáticos y escamoteo de acciones esenciales. A su éxito contribuyó también las excelentes ilustraciones de magníficos dibujantes, con quienes colaboraba estrechamente. Al publicar por entregas, la opinión de los lectores pesaba en el avance de la acción. Dickens lo tenía muy en cuenta. Buscaba la coherencia de los géneros literarios (comedia y drama, según el final fuera feliz o amargo). 

Las novelas de Dickens contienen un análisis y crítica de la sociedad de su tiempo. Señala la pobreza de los humildes y la miseria moral de unos y otros como grandes males que requieren soluciones. Su simpatía por el hombre común, honrado, trabajador y sensato es visible en sus novelas. El burgués suele ser vicioso y avaricioso; el pobre se embrutece y acaba en el crimen. Por eso el hombre sencillo, firme en su marco moral de justicia y sensatez es quien recibe sus simpatías.

Dickens crea personajes o muy realistas y verosímiles, o idealizados y, por tanto, no tan creíbles, lo que ya fue criticado por muchos de sus lectores. Con todo, late un fondo de verosimilitud que busca impactar al lector y reaccionar a favor de la bondad y el sacrificio. Una de sus técnicas repetidas es el de las coincidencias, heredado de la novela del siglo XVIII. Encuentros casuales permiten solucionar dramas y ofrecer un final más o menos optimista. En el fondo, late su cristianismo optimista y su propia autobiografía, de betunero a gran escritor ya reconocido antes de cumplir los treinta años.

La carga autobiográfica en sus novelas es muy alta. Su experiencia como niño menestral, pasante de abogados, vida carcelaria, familias de acogida, etc. se refleja en sus novelas. Él mismo se puede ver en Pip de Grandes esperanzas; otros familiares son identificables en otras obras. En vida, las décadas iniciales de su vida no eran muy conocidas porque la imagen de Dickens podía verse dañada en la Inglaterra victoriana, muy sensible a la reputación del individuo y a los chismorreos negativos. Cuando John Forster publicó una biografía (1870) en la cual Dickens había colaborado. Ahí salieron a la luz muchos aspectos de su trayectoria vital. 

Ofrecemos su producción, tomada de Wikipedia, con sus enlaces: (https://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Dickens).

Relatos

9) Interpretación y valoración

 Grandes esperanzas (1860-61) es una novela muy original y profunda. Se puede considerar una novela dramática y contemporánea porque Dickens recrea sucesos propios de su época, coincidentes con su vida y su escritura. Recrea la vida londinense, pero en contraste con la sociedad rural próxima. El pueblo, del que no sabemos el nombre, lleva un ritmo tranquilo, con aire más conservador y rutinario. También se contrasta entre la pobreza de muchos y la riqueza de unos pocos. 

Se trata de un relato heterogéneo, pero compacto. Se mezclan acciones de un adolescente, joven y adulto, Pip, con la de otras personas de distinta posición social. Podemos observar muy bien los conflictos sociales, existenciales y sentimentales en todo el espectro social, tanto en el ámbito rural, como en el urbano y en el de la metrópoli. Dickens presta mucha atención a la construcción de los personajes, para que resulten compactos y bien «visibles» para el lector. Los egoístas y cínicos, lógicamente al borde de la ilegalidad, o de la criminalidad permanente, aprovechan sus oportunidades para obtener provecho económico y personal; los bondadosos y rectos, sin embargo, se las ven y se las desean para poder mantener el rumbo de la ética personal y el compromiso humanitario.

Un poco de idealización de los personajes sí existe, pero no es exagerado; aunque poseen virtudes elevadas e inamovibles, mantienen un fondo de verdad y autenticidad, como Pip, Estella, Hebert, Joe, etc. Este último citado se nos presenta como modelo de rectitud moral, en su pobreza y vida sencilla y esforzada. Es un personaje rico y muy bien construido, con sus paradojas enriquecedoras; en su rudeza y semianalfabetismo, se mueve en un sólido marco moral de honestidad y verdad.

Sin embargo, el personaje más atractivo de la novela, por su protagonismo, es Pip. En su vida atolondrada de niño se vislumbran destellos de honestidad; se analiza en su relato con objetividad y cierta dureza. Cuando pasa a ser rico y, por tanto, «caballero» por un golpe de suerte, parece que todo será fácil. Fue como un premio por su arriesgada y bondadosa actitud ante el penado huido de los pontones. Sin embargo, no acierta a gestionar bien su vida porque su amor por Estella lo nubla todo y, a la vez, lo complica. Por momentos, parece que su naufragio es inminente; a última hora sabe rectificar y apreciar a las personas que le dan amor y solidaridad; en su entorno, son pocos lo que lo hacen.

No tiene esta novela un final tan trascendente e idealizado como Historia de dos ciudades. Aquí la vida ultraterrena no aparece y la compensación a la bondad y la perseverancia viene en esta vida, no en la ultraterrena. El contraejemplo de Estella, pagando en vida sus excesos sentimentales, a pesar de que solo fue víctima de una educación extraviada por parte de su madre adoptiva, sirve como escarmiento y contrapunto a lo largo del relato. Al fin, ambos descubren el amor recíproco, pero a un precio bastante alto.

La carga social de la novela es importante. Orlick y otros criminales son el producto de una sociedad implacable con los pobres. El mismo benefactor, Abel Magwitch, fue un ladrón redomado y reincidente, aunque luego se enmienda. La novela no oculta estos fuertes contrastes sociales. Es curioso que Dickens jamás alude a escenas sexuales o escatológicas; ¿cómo se solucionaban los asuntos de las aguas sucias en una metrópolis como Londres? En la vida rural, parece más sencillo hacerse a la idea.

En resumen, estamos ante una novela panorámica, críticamente social, profunda y analítica que somete a revisión la sociedad inglesa de mediados del siglo XIX, con sus luces y sombras. El estupendo y convincente perfil de los personajes y la mirada social y verosímil engrandecen el sentido final del relato.

II. PROPUESTA DIDÁCTICA

1. Comprensión lectora

1) ¿Cómo es la familia de Pip? ¿Y la del prófugo que lo asalta?

2) ¿Qué relación, en un sentido amplio, existe entre Pip y Joe? 

3) ¿Dónde se desarrolla la acción principal de la novela?

4) Describe a Pip y Estella y señala su importancia en la novela.

5) ¿Qué relevancia adquieren los golpes de fortuna en la novela?

6) ¿Por qué Joe y Pip aguantan la actitud algo violenta de su mujer y hermana, respectivamente?

7) Explica la importancia de los abogados en el relato.

8) Finalmente, ¿quién posee la llave de la felicidad de la pareja  Estella-Pip?

9) ¿Qué simbolizan Joe y Hebert en esta novela?

10) ¿Cómo influyen en el relato Compeyton y Orlick? 

2. Interpretación y pensamiento analítico

1) La felicidad, ¿es fácil de encontrar para los personajes de esta obra?

2) ¿Qué relevancia posee en la obra el amor en sus diferentes manifestaciones?

3) ¿Qué intenciones y objetivos persigue Pip y Estella a lo largo de su vida? ¿Divergen o convergen?

4) El narrador, ¿mantiene una postura imparcial en su relato?

5) ¿Cómo apreciamos el papel de Havisham en la novela?

6) Analiza la psicología de los Biddy y su importancia en la novela.

7) La novela, ¿tiene un tono optimista o pesimista?

3. Fomento de la creatividad

1)  Elabora un póster o presentación con medios informáticos sobre la vida y la obra de Charles Dickens, o sobre Historia de dos ciudades.

2) Inventa una historia de ficción en un contexto de fuertes diferencias sociales, como el de Grandes esperanzas, pero ambientada en nuestros días.

3) Transforma el final de la novela conforme a tu juicio creativo.

4) Si tú fueras Pip, ¿cómo reaccionarías ante la actitud de Jaggers y su propuesta de pasar a ser un «caballero»?

5) Analiza y compara aspectos positivos y negativos de nuestra sociedad, en relación con la de mediados del siglo XIX en Inglaterra.

Deja un comentario