IDA VITALE – Seis poemas analizados (“Acuérdate del pan”, “Este mundo”, “Fortuna”, “Exilios”, “Gotas” y “De un fulgor a otro”) con propuesta didáctica
Contextualización y datos biográficos
Ida Vitale (Montevideo, 1923) es una notable poeta uruguaya. Ha ejercido como profesora, crítica, ensayista y ha realizado traducciones. Se adscribe a la corriente literaria uruguaya denominada «Generación del 45». Forma parte de una familia de emigrantes italianos con aficiones literarias; su contacto con las letras procede de ese contexto favorable.
Estudió Humanidades en Uruguay y ejerció como docente. Colaboró en el semanario Marcha; entre 1962 y 1964 dirigió la página literaria del diario uruguayo Época. A causa de la dictadura cívico-militar de Uruguay (1973-1985) se exilió a México en 1974; en ese país se involucró en su vida cultural y literaria. En sus años mexicanos, colaboró con muchos medios de comunicación, en los que cultivó el ensayo y la crítica literaria
Regresó a Uruguay en 1984 donde dirigió la página cultural del semanario Jaque. En 1986 se mudó a a Estados Unidos. En 1989 se instaló en Austin (Texas) junto a su segundo marido, el también poeta Enrique Fierro, viajando esporádicamente a Montevideo. En Texas permaneció 30 años hasta que en 2016 enviudó y decidió regresar a Montevideo donde reside. En 2018 recibió el Premio Cervantes, seguramente, la mayor distinción de la literatura en lengua española. Vitale se inscribe en la tradición de las vanguardias históricas latinoamericanas, influidas por los “ismos” europeos de entreguerras. algunas características de su poesía son:
-Transformación de la anécdota personal en una mirada reflexiva sobre el hombre, la existencia y el mundo; en general, la contemplación es sombría, pero otras veces expresa una esperanza.
-El mundo natural, observado atentamente, es descrito casi en clave simbolista y utilizado como analogía del destino del hombre.
-La tendencia a las imágenes sorprendentes, a veces inverosímiles, de raíz onírica, recorren sus poemas.
-En muchos poemas se observa una reflexión sobre las palabras, el lenguaje y la comunicación, en relación con estados de soledad y abandono existencial.
-Se percibe una tensión dialéctica entre el yo poético y el mundo exterior; a veces se verbaliza como protesta, o como rabia contenida, o como reafirmación del destino individual, etc.
-En muchos poemas existe una mirada crítica hacia la sociedad, denunciando los excesos del sistema socio-político. Por ejemplo, clama por la calamitosa situación de la mujer, encerrada en un mundo que la cercena en muchos aspectos.
Se ha señalado la influencia en su poesía de poetas como Delmira Agustini, María Eugenia Vaz Ferreira, Gabriela Mistral y los españoles José Bergamín y Juan Ramón Jiménez.
Su obra poética más importantes se concentra en títulos como La luz de esta memoria (Montevideo, 1949), Oidor andante (Montevideo, 1972), Sueños de la constancia (México, FCE, 1988), La luz de esta memoria (Montevideo: La Galatea, 1999), Mínimas de aguanieve (Taller Ditoria, México, 2016). Su producción lírica está recogida en Poesía reunida. (Compilación y edición de Aurelio Major. Barcelona: Tusquets. 2017).
1) Acuérdate del pan
Acuérdate del pan,
no olvides aquella cera oscura
que hay que tender en las maderas,
ni la canela guarneciente,
ni otras especias necesarias.
Corre, corrige, vela,
verifica cada rito doméstico.
Atenida a la sal, a la miel,
a la harina, al vino inútil,
pisa sin más la inclinación ociosa,
la ardiente grita de tu cuerpo.
Pasa, por esta misma aguja enhebradora,
tarde tras tarde,
entre una tela y otra,
el agridulce sueño,
las porciones de cielo destrozado.
Y que siempre entre manos un ovillo
interminablemente se devane
como en las vueltas de otro laberinto.
Pero no pienses,
no procures,
teje.
De poco vale hacer memoria,
buscar favor entre los mitos.
Ariadna eres sin rescate
y sin constelación que te corone.
Exégesis
Este poema indaga en la injusta situación de la mujer en el ámbito familiar (referido a un espacio y un tiempo, Uruguay en la segunda mitad del siglo XX). Posee un tono crítico muy marcado. La mujer trabaja mucho, de sol a sol, cuidando del hogar, de los hijos y el marido, sin recompensa de ningún tipo. Ha de renunciar a sus sueños e ilusiones en pro de la familia. La identifica con Ariadna, el personaje mitológico que le dio el hilo a Teseo para no perderse en el laberinto y vencer al minotauro. A ella nadie la rescatará o tendrá un lugar en las constelaciones porque su vida es oscura y labrada a golpe de renuncias de todo tipo. Recurrir a la memoria tampoco sirve para salvar la situación. Las enumeraciones de las tareas domésticas que la mujer debe afrontar cada día es muy larga; crea una sensación agobiante de una situación de explotación intolerable. Los veintiséis versos del poema forman una única estrofa. La medida de los versos es muy irregular; abarca del bisílabo al alejandrino. No se aprecia ningún tipo de rima. Estamos ante un poema en verso libre.
2) Este mundo
Solo acepto este mundo iluminado
cierto, inconstante, mío.
Sólo exalto su eterno laberinto
y su segura luz, aunque se esconda.
Despierta o entre sueños,
su grave tierra piso
y es su paciencia en mí
la que florece.
Tiene un círculo sordo,
limbo acaso,
donde a ciegas aguardo
la lluvia, el fuego
desencadenados.
A veces su luz cambia,
es el infierno; a veces, rara vez,
el paraíso.
Alguien podrá quizás
entreabrir puertas,
ver más allá
promesas, sucesiones.
Yo sólo en él habito,
de él espero,
y hay suficiente asombro.
En él estoy,
me quede,
renaciera.
Exégesis
Observamos en este poema posee un tono existencial importante. Señala la posición del yo poético en el “mundo”. Expresa su certeza y cierta satisfacción por formar parte de la vida. Lo reconoce como suyo; a veces es un puro “infierno”; otras, pocas, es un “paraíso”. No se lanza a la ilusión de poder mejorarlo, o ver más allá horizontes maravillosos. Con los pies bien en el suelo, se conforma con reafirmar su presencia en él, su deseo de permanecer y, acaso, renacer. Es un poema esperanzado, pero expresando cierta cautela procedente del escarmiento, o del dolor. Es interesante notar que en la primera parte del poema describe el mundo con tintes más bien negativos, con expresiones como “eterno laberinto”, “círculo sordo”, etc. Son imágenes de la inestabilidad y el sufrimiento de la vida diaria. El yo poético lo acepta como mal menor y se dispone a vivir del mejor modo posible. Los veintiséis versos del poema (exactamente, como el anterior) forman una única estrofa. La medida de los versos es muy irregular. No se aprecia ningún tipo de rima. Estamos ante un poema en verso libre.
3) Fortuna
Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos.
Exégesis
Este texto, firme y asertivo, reivindica la condición femenina. Más en concreto, reclama el derecho a vivir libremente, conforme a las ideas de la propia mujer. Primero reivindica la libertad física de la mujer y denuncia la mutilación que sufre en muchas partes del mundo. Después, alude a prácticas culturales de ciertas regiones donde la mujer se compra y vende por un rebaño de cabras, es tutelada por los parientes masculinos de su marido, o puede ser matada a pedradas por supuestos pecados. El último verso recoge con precisión su reclamación: “Ser humano y mujer, ni más ni menos”. El título del poema, “Fortuna”, expresa muy bien el ansia de libertad y la crítica dura contra culturas o regímenes que coartan gravemente los derechos de la mujer como ser humano. Los diecinueve versos del poema forman una única estrofa. La medida de los versos es muy irregular; abarca del bisílabo al alejandrino. No se aprecia ningún tipo de rima. Estamos ante un poema en verso libre.
4) Exilios
Están aquí y allá: de paso,
en ningún lado.
Cada horizonte: donde un ascua atrae.
Podrían ir hacia cualquier grieta.
No hay brújula ni voces.
Cruzan desiertos que el bravo sol
o que la helada queman
y campos infinitos sin el límite
que los vuelve reales,
que los haría casi de tierra y pasto.
La mirada se acuesta como un perro,
sin el tierno recurso de mover la cola.
La mirada se acuesta o retrocede,
se pulveriza por el aire,
si nadie la devuelve.
No regresa a la sangre ni alcanza
a quien debiera.
Se disuelve, tan solo.
Exégesis
“Exilios” es una honda reflexión sobre el abandono del país propio contra la voluntad de la persona. Primero analiza la figura del exiliado: hombre trashumante que recorre tierras con la ilusión de encontrar un lugar donde lo acojan, pero no es fácil. Su camino es duro y áspero, hasta poner su vida en peligro. En una segunda parte del poema se centra en la mirada del exiliado; es una metonimia del desconsuelo, del abandono del que nada puede esperar. Incide, de este modo, en la expresión del sufrimiento interior del exiliado involuntario. Su peligro constante es la dilución en la nada, pues no posee coordenadas existenciales para poder hallarse seguro. Los dieciocho versos del poema forman una única estrofa. La medida de los versos es muy irregular; abarca del pentasílabo al endecasílabo. No se aprecia ningún tipo de rima. Estamos ante un poema en verso libre.
5) Gotas
¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizá van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.
Exégesis
Este poema es breve y condensado; el yo poético observa y medita sobre el comportamiento de las gotas (las que se ven en el cristal tras la lluvia, por ejemplo). El primer verso expresa sintéticamente todo el contenido del poema: “¿Se hieren o se funden?”, referido a las gotas. El desarrollo posterior indica que es lo uno y lo otro. Su fusión y alejamiento son constantes e imprevisibles. Las identifica con niñas en el recreo, o gatitos jugando: mezcolanza, movimiento y azar son las rasgos destacados. En conjunto, provocan la admiración del yo poético, que, sin embargo, señala que todo acabará en muerte, única, repetida o soñada, según las veces que las gotas se fusionen y logren sobrevivir. Los diez versos del poema forman una única estrofa. La medida de los versos es muy irregular, aunque predominan los de arte menor. No se aprecia ningún tipo de rima. El poema exhibe un ritmo sostenido y regular, contribuyendo a su significación. Estamos ante un poema en verso libre.
6) De un fulgor a otro
Quizás no se deba ir más lejos.
Aventurarse quizás apenas sea
desventurarse más,
alejarse un atroz infinito
del sueño al que accedemos
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