Alejandro Casona: «La dama del alba» (teatro); análisis y propuesta didáctica

ALEJANDRO CASONA: La dama del alba
1. ANÁLISIS
1. Resumen
Alejandro Casona (aunque sus apellidos iniciales y auténticos eran Rodríguez Álvarez) (Besullo, Asturias, 1903 – Madrid, 1965) es un importante dramaturgo del siglo XX. Su teatro poético se halla entre lo mejor del drama español del siglo XX.
La dama del alba (1944) es una de sus obras teatrales más célebres y conocidas. En un ambiente campesino y rural –que evoca inmediatamente la Asturias de su infancia–, Martín es un joven taciturno y amargado tras la desaparición de su esposa Angélica, ahogada unos años antes en la represa del molino. Vive en una casa de labranza con su familia política: la Madre, triste y desconsolada por la pérdida de su hija, el Abuelo, hombre memorioso y también presa del dolor y tres niños revoltosos y curiosos (Andrés, Falín y Dorina). El ambiente de tristeza y desconsuelo inunda la casa porque la pérdida de Angélica, justo al poco de casarse, aún no la han asimilado. Telva, la criada, ayuda en la casa material y anímicamente consolando a la Madre y al Abuelo.
Un buen día aparece una peregrina, la Dama del alba, mujer mayor y reservada. La acogen con hospitalidad y ella pregunta insistentemente sobre los habitantes de la casa. Martín, en una noche de gran nevada, rescata a una joven desesperada dispuesta a acabar con su vida. Con el paso de los días, los jóvenes, Martín y Adela, se enamoran y formalizan su compromiso con el beneplácito de sus padres políticos y la alegría de los niños, pues Adela los trata con cariño y benevolencia. En las hogueras de una noche de San Juan, Martín y Adela confirman, no sin dramatismo, su noviazgo.
Justo en ese momento la peregrina anciana vuelve otra vez a la casa, que encuentra vacía, pues todos sus habitantes están en la fiesta del pueblo. Sin embargo, inopinadamente, aparece Angélica, a quien todos creían muerta. En un dramático diálogo entre ambas, descubrimos la verdad. La novia no había muerto ahogada, sino que se había fugado con un amante. Tras maltratos y vejaciones de todo tipo, decide volver a su casa, asumiendo el desprecio de los demás. La Dama del alba, en realidad, como podíamos inferir por sospechas, la propia muerte, ha venido a recogerla, pues tenía una cita con ella. La anciana misteriosa logra persuadir a Angélica para que acepte que su llegada sería negativa para todos y que lo mejor es que realmente se deje llevar por las aguas del remanso del molino, que es la versión que Martín había hecho correr por el pueblo cuando ella desapareció; sin embargo, él sabía la verdad de lo sucedido, pero no se lo contó a nadie para evitar el sufrimiento y su vergüenza. Cuando encuentran su cadáver flotando, al fin todo encaja en una realidad inducida para que la felicidad, ahora de verdad, vuelva a la casa. La muerte restaura la armonía y confirma la mentira como parte de la verdad.
2. Tema
El tema de este drama se puede enunciar así: la frontera entre la verdad y la mentira es insospechada, cambiante y borrosa. De otro modo: la vida y la muerte, el dolor y la pena, se ven sometidos a leyes misteriosas que restauran la felicidad del modo más inesperado.
3. Apartados temáticos
Estamos ante una pieza de desarrollo lógico y coherente con el discurso temporal. De este modo, tenemos:
-Introducción o planteamiento del drama (acto I): se presentan los personajes y el conflicto, que radica en la vida dolorida de Martín, el joven prematuramente viudo, la Madre, arrasada por el dolor, el Abuelo, retraído en sus nostalgias, Telva, la criada solidaria y los tres niños.
-Nudo o desarrollo (actos II y III): la irrupción de la Peregrina cambia el ritmo de tristeza de la casa. Es un ser misterioso y aparentemente anodino, pero esconde secretos y presagios que nadie puede descrifar. Luego veremos que es la muerte, que había venido a recoger a alguien, Adela, pero se libra de su fin gracias a la ayuda involuntaria de los niños, pues juegan con la Peregrina hasta muy tarde, esta se duerme y no puede acudir a la cita.
-Desenlace o resolución de la intriga (acto IV): con el enamoramiento de Martín y Adela la normalidad vuelve a la casa; que se ve inmediatamente rota con la inesperada llegada de Angélica. La intervención de la Peregrina es crucial: convence a Angélica para que, antes de que nadie la vea, opte por quitarse la vida justo del modo en que Martín había propagado por el pueblo: ahogada en el remanso del molino.
4. Personajes
Los personajes adquieren densidad y guardan un equilibrio entre el representante de un modo de ser y la individualidad. El abuelo, el joven apuesto (Martín), la chica desesperada (Adela),… tienen algo de estereotipos, pero al tiempo se individualizan, se alzan y se adensan con sus propios pensamientos, sentimientos y modo de actuar. El abuelo, Martín, Adela se nos representan como personas con una vida, esto es, un pasado y un presente que los hace únicos. Analicémoslos más detenidamente:
-Martín: joven campesino, trabajador y responsable. Vive atormentado por la huida de su novia justo antes de casarse con un hombre que la maltrata. Martín conoce el secreto, que lo lleva con dolor y amargura; si lo hiciera público, su honra se vería muy dañada y el dolor de los familiares de ella aumentaría considerablemente. Se refugia en el trabajo agotador, pero el amor llama de nuevo a su puerta y, tras muchas dudas, abre su corazón a Adela.
-Adela: chica joven que irrumpe en la casa involuntariamente, al ser salvada en una gran nevada por Martín. Alegre, generosa y comprensiva, se enamora de Martín y admite su destino con naturalidad.
-Angélica: la joven destinada a casarse con Martín se enamora de un mal hombre. Huye de su casa y su destino con él y lo pagará ampliamente. Maltratos y vejaciones la obligan a volver, asumiendo su error. Su terrible decisión final de suicidarse para no volver a provocar más dolor dejan un regusto amargo en el lector. ¿Generosidad o debilidad ante la muerte, representada por la Dama del alba, la Peregrina?
-Madre: sufre desconsoladamente la pérdida de su hija Angélica, y piensa que nunca se recuperará. Sin embargo, el paso de los días y la llegada de Adela le hace reconciliarse con la vida. Esta es como su segunda hija; de algún modo, reconcilia a la Madre con el mundo.
-Abuelo: hombre mayor, comedido y razonable, también sufre en su interior la pérdida de Angélica. Es el único que intuye que la Peregrina es algo más que una vieja beata de romería. Poco a poco comprende que su presencia no es casual.
-Peregrina: es la propia muerte, bajo los hábitos de una viejecilla inofensiva camino de una romería. No es malvada ni truculenta. Al contrario, se muestra amable y educada con todo el mundo. Cumple su papel con la tranquilidad de cualquier otra persona. No odia a nadie, solo se limita a acudir a sus citas para llevarse a las personas señaladas.
5. Lugar y tiempo de la acción dramática
 El drama se desarrolla en un ambiente rural, campesino y aislado. Una casona de labranza con amplias dependencias para las personas y los animales domésticos es el lugar donde se centra la acción dramática. Todas las acotaciones iniciales indican la recreación de los paisajes de Asturias, donde el autor Casona nació y vivió su infancia y primera juventud. El lugar está bastante idealizado: vida tranquila y alegre de los campesinos, armonía social, celebraciones sociales llenas de ingenuidad y contento, etc. Casi estamos ante el tópico del locus amoenus.
La dama del alba se estrenó en Buenos Aires en 1944, no mucho después del fin de la Guerra Civil española (que le costó el exilio a Alejandro Casona) y en plena Segunda Guerra Mundial. Casona la había compuesto en los meses previos. La acción dramática es contemporánea al tiempo de la escritura; se encuadra temporalmente en las primeras décadas del siglo XX. Es cierto que el tiempo está difuminado y borroso, propio de un drama poético, pero algunos detalles argumentales nos hacen ver que estamos en la época señalada. La duración de la acción, aunque tampoco se puede establecer nítidamente, es de varios meses o estaciones; parece que algo menos de un año. Desde la primera llegada de la Peregrina hasta su segunda aparición transcurre un invierno y se llega al verano siguiente.
6. Comentario estilístico
Casona estiliza el lenguaje con una intención poética, es decir, de embellecimiento de los mensajes. Los personajes, al hablar, en muchas ocasiones, muestran una preferencia por lo más bello y noble de ellos mismos y de la naturaleza. Se esfuerzan por transmitir sus pensamientos y opiniones con cierta poeticidad lingüística.
En la expresión verbal abundan los recursos retóricos como símiles, metáforas, personificaciones, hipérboles, metonimias, exclamaciones e interrogaciones retóricas, etc. que embellecen notablemente el habla supuestamente campesina de los personajes.
Esto encaja muy bien con el modo de concebir la realidad de Casona: lo misterioso está ahí, debemos escucharlo y descubrirlo; la fantasía es parte de la realidad cotidiana. La muerte puede aparecer disfrazada de cualquier cosa y su visita es para llevarnos, por lo que conviene estar alerta; mientras tanto, vivimos con una alegría –a veces, ingenua— que nos alivia la carga de las miserias de la vida.
7. Contextualización
Como ya dijimos arriba, Alejandro Casona (aunque sus apellidos iniciales y auténticos eran Rodríguez Álvarez) (Besullo, Asturias, 1903 – Madrid, 1965) es un importante dramaturgo español. Su teatro poético se halla entre lo mejor del drama español del siglo XX.
Cronológicamente miembro de la Generación del 27, su producción se vio mediatizada por la guerra civil. Comprometido con la república, hubo de exiliarse en varios países, especialmente en Argentina. Regresó a España en 1962, en pleno franquismo, decisión polémica que influyó en la recepción de su literatura y su teatro. Conviene recordar que su madre, Faustina Álvarez García (León, 1874 – 1927), leonesa maestra e inspectora de primera enseñanza, fue una mujer llena de inquietudes pedagógicas y sociales, de visión avanzada y elevados propósitos; el CEPA de su ciudad natal se honra con su nombre; sin duda, Faustina hubo de influir notablemente en la vocación profesional y literaria de su hijo.
En general, su teatro se adscribe a la corriente de teatro poético, es decir, obras en los que los elementos fantásticos y la transfiguración de la realidad, mostrando sus componentes misteriosos, ocultos, mágicos, etc. nos permiten comprender el mundo y a nosotros mismos bajo otra mirada. El tratamiento literario de la realidad es selectivo; evita los aspectos sociales conflictivos –tensiones sociales o políticas, enfrentamientos de raíz política, etc.– para centrarse en el choque del individuo y la realidad, mediatizado a través de ensoñaciones, utopías, idealización de aspiraciones, etc. El lenguaje contribuye a la idealización, pues se depura y se emplea con cierto lirismo.
Algunas de sus obras más célebres son Los árboles mueren de pie, La sirena varada, Nuestra Natacha, etc. Merece especial mención su adaptación teatral de algunos capítulos del Quijote: Retablo jovial. Se trata de cinco cuadros llenos de gracia, intención poética, perfecto ritmo dramático, diálogos chispeantes y un fondo de reflexión amable que hace las delicias del lector.
8. Interpretación y valoración
Desde el momento del estreno de la obra, en Buenos Aires, La dama del alba ha tenido una excelente acogida entre el público. El tema que trata, abordado con poeticidad, y la perfecta construcción dramática sin duda han contribuido a su aceptación. He aquí las características literarias más notables:
El ambiente rural asturiano (en el que nació y se crio Casona), rústico, incluso algo primitivo, llama la atención. Frente al teatro más social, colectivo y urbano de esos años, Casona elige un marco natural campestre, sometido a una idealización visible: la paz y armonía rige en los hogares, las creencias antiguas se respetan acríticamente, los ritos y costumbres populares continúan en vigor; aunque la obra se desarrolla en la primera mitad del siglo XX, podía haber sido cualquier momento desde la Edad Media a nuestros días.
El elemento fantástico, mágico y misterioso ocupa un lugar central en la construcción del drama. En este caso, es «la dama del alba», que no identificamos hasta el final de la pieza. Ella, disfrazada amablemente, cumple con su ritual de señalar a los que han de morir. Interviene en los asuntos humanos con la naturalidad de lo fatal y la necesidad del orden del mundo que no se puede variar.
El tema que aborda la pieza es denso: la posibilidad de construir la felicidad en un mundo muchas veces cruel, pero que lleva implícita la renuncia de alguien incluso a su propia vida. Es lo que ocurre con Angélica; por otro lado, funciona como un movimiento de justicia poética: quien provocó la desgracia, debe repararla entregando su vida para que los demás sean felices. Y para ello se cuenta con la dudosa ayuda de la muerte, personaje bien real, amable, educado y justiciero sin caer en la crueldad. Disfrazada de peregrina, pide cuentas a quien le toca, pero todo dentro de una atmósfera de lo razonablemente fatal, lo tradicional y justamente esperable, podríamos decir.
El amor, eje constructivo de este drama, posee un papel ambiguo: es fuente de vida y muerte, de felicidad y sufrimiento, de progresión y regresión. Seguramente todos estos vaivenes se perciben muy bien en la figura de Martín: amaba a Angélica, de ahí que invente una mentira que la proteja, pero eso aumentará su amargura. Luego ama a Adela, pero no quiere traicionar a sus suegros, de modo que está dispuesto a emprender un viaje a Castilla para olvidarla, etc. El logro del amor conlleva suerte, sacrificio y fidelidad a partes iguales, parece desprenderse de la pieza.
El breve análisis previo nos permite ver que La dama del alba es una excelente pieza de teatro poético. La sólida construcción, el sabio manejo de los elementos teatrales, la construcción de personajes atractivos e intrigantes y el planteamiento de un tema antiguo y moderno, vivo y misterioso, son elementos positivos que justifican que este texto teatral se halle entre las grandes creaciones del teatro español del siglo XX.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
(Estas actividades se pueden desarrollar y realizar de modo oral o escrito, en el aula o en casa, de modo individual o en grupo. Algunas de ellas, sobre todo las creativas, requieren material o herramientas complementarias, como las TIC).
2.1. Comprensión lectora
1) ¿Por qué Martín tiene un carácter taciturno?
2) La madre de Angélica, ¿ha olvidado a su hija o piensa que está muerta para siempre? ¿En qué detalles lo percibimos?
3) ¿Qué solicita la peregrina al llegar a la casa? ¿Se le concede?
4) ¿Quién comprende quién es y qué intenciones tiene la peregrina?
5) Los niños juegan un papel importante en el comportamiento de la peregrina: explica cómo.
5) ¿Qué importancia tiene el pañuelo de Angélica aparecido en el remanso del molino?
6) ¿A quién y de qué salva Martín en una noche de tormenta de nieve?
7) ¿Cuándo anuncia la peregrina al abuelo que regresará? ¿Para qué? ¿Cómo reacciona el anciano?
8) La hoguera de San Juan es una antigua tradición popular española: ¿qué papel juega, pensando en Martín y Adela, asistir a su festejo?
9) ¿Por qué Martín desea emprender un viaje a Castilla? ¿Cuál es su propósito oculto?
10) ¿Qué decisión final toma Angélica respecto de la petición terrible de la dama del alba? ¿Qué consecuencias tendrá?
2.2. Interpretación y pensamiento analítico
1) La peregrina, atendiendo a sus propias palabras ¿es mala? Razona.
2) ¿Cómo el abuelo llega a la conclusión que la peregrina no es lo que parece? ¿Qué consecuencias tendrá en el desarrollo del drama?
3) ¿Qué tipo de comportamiento muestra Adela? ¿Es lógico? ¿Qué personalidad revela?
4) Analiza el papel de Telva, la criada, en la pieza.
5) ¿Podemos decir que Martín es un hombre valiente en todo momento? Argumenta.
6) La presencia de la muerte en la literatura, ¿es común? Aporta ejemplos y una tentativa de explicación.
2.3. Comentario de texto específico
(Después, antes que Martín aparezca, se desliza furtivamente por primera derecha. Martín baja. Llega Adela). MARTÍN  y ADELA
ADELA.—¿Me llamabas?
MARTÍN.—Yo no.
ADELA.—Qué extraño. Me pareció oír una voz.
MARTÍN.—En tu busca iba. Tengo algo que decirte.
ADELA.—Muy importante ha de ser para que me busques. Hasta ahora siempre has huido de mí.
MARTÍN.—No soy hombre de muchas palabras. Y lo que tengo que decirte esta noche cabe en una sola. Adiós.
ADELA.—¿Adiós?… ¿Sales de viaje?
MARTÍN.—Mañana, con los arrieros, a Castilla.
ADELA.—¡Tan lejos! ¿Lo saben los otros?
MARTÍN.—Todavía no. Tenía que decírtelo a t ila primera.
ADELA.—Tú sabrás por qué. ¿Vas a estar fuera mucho tiempo?
MARTÍN.—El que haga falta. No depende de mí.
ADELA.—No te entiendo. Un viaje largo no se decide así de repente y a escondidas, como una fuga. ¿Qué tienes que hacer en Castilla?
MARTÍN.—Qué importa; compraré ganados, o renuevos para las viñas. Lo único que necesito es estar lejos. Es mejor para los dos.
ADELA.—¿Para los dos? ¿Es decir, que soy yo la que te estorba?
MARTÍN.—Tú no; el pueblo entero. Estamos viviendo bajo el mismo techo, y no quiero que tu nombre ande de boca en boca.
ADELA.—¿Qué pueden decir de nosotros? Como a un hermano te miré desde el primer día, y si algo hay sagrado para mí es el recuerdo de Angélica. (Acercándose a él). No, Martín, tú no eres un cobarde para huir así de los perros que ladran. Tiene que haber algo más hondo. ¡Mírame a los ojos! ¿Hay algo más?
MARTÍN (Esquivo).— ¡Déjame!…
ADELA.—Si no es más que la malicia dela gente, yo les saldré al paso por los dos. ¡Puedo gritarles en la cara que es mentira!
MARTÍN (Con arrebato repentino).—¿Y de qué sirve que lo grites tú si no puedo gritarlo yo! Si te huyo cuando estamos solos, si no me atrevo a hablarte ni a mirarte de frente, es porque quisiera defenderme contra lo imposible…, ¡contra lo que ellos han sabido antes que yo mismo! ¡De qué me vale morderme los brazos y retorcerme entre las sábanas diciendo ¡no! si todas mis entrañas rebeldes gritan que sí!
ADELA.—¡Martín!… (Adela tarda en reaccionar, como si despertara). 
MARTÍN (Dominándose con esfuerzo).—No hubiera querido decírtelo, pero ha sido más fuerte que yo. Perdona…
ADELA.—Perdonar… Qué extraño me suena eso ahora. Yo soy la que tendría que pedir perdón, y no sé a quién ni por qué. ¿Qué es lo que está pasando por mí? Debería echarme a llorar ¡y toda la sangre me canta por las venas arriba! Me daba miedo que algún día pudieras decirme esas palabras, ¡y ahora que te las oigo, ya no quisiera escuchar ninguna más!…
MARTÍN (Tomándola en brazos).—Adela…
ADELA (Entregándose).—¡Ninguna más!… (Martín la besa en un silencio violento. Pausa). MARTÍN.—¿Qué va a ser de nosotros ahora?…
ADELA.—¡Qué importa ya! Me has dicho que me quieres, y aunque sea imposible, el habértelo oído una sola vez vale toda una vida. Ahora, si alguien tiene que marcharse de esta casa, seré yo la que salga.
MARTÍN.—¡Eso no!
ADELA.—Es necesario. ¿Crees que la Madre podría aceptar nunca otra cosa? Nuestro amor sería para ella la peor traición al recuerdo de Angélica.
MARTÍN.—¿Y crees tú que si Angélica fuera sólo un recuerdo tendría fuerza para separarnos?¡Los muertos no mandan!
ADELA.—Ella sí. Su voluntad sigue viviendo aquí, y yo seré la primera en obedecer.
MARTÍN (Resuelto).—Escúchame, Adela. ¡No puedo más! Necesito compartir con alguien esta verdad que se me está pudriendo dentro. Angélica no era esa imagen hermosa que soñáis. Todo ese encanto que hoy la rodea con reflejos de agua, todo es un recuerdo falso. ADELA.—¡No, calla!¿Cómo puedes hablar así de una mujer a quien has querido?
MARTÍN.—Demasiado. Ojalá no la hubiese querido tanto. ¡Pero a ti no te engañará! Tú tienes que saber que toda su vida fue una mentira. Como lo fue también su muerte.
ADELA.—¿Qué quieres decir?
MARTÍN.—¿No lo has comprendido aún? Angélica vive. Por eso nos separa.
ADELA.—¡No es posible!… (Se deja caer en un asiento, repitiendo la idea sin sentido). No es posible… (Con la frente entre las manos escucha la narración de Martín).
MARTÍN.—Mientras fuimos novios, era eso que todos recuerdan: una ternura fiel, una mirada sin sombra y una risa feliz que penetraba desde lejos como el olor de la yerba segada. Hasta que hizo el viaje para encargar las galas de la boda. Con pocos días hubiera bastado, pero tardó varias semanas. Cuando volvió no era la misma; traía cobardes los ojos, y algo como la arena del agua se le arrastraba en la voz. Al decir el juramento en la iglesia apenas podía respirar; y al poner el anillo las manos le temblaban… tanto, que mi orgullo de hombre se lo agradeció. Ni siquiera me fijé en aquel desconocido que asistía a la ceremonia desde lejos, sacudiéndose con la fusta el polvo de las botas. Durante tres días tuvo fiebre, y mientras me creía dormido la oía llorar en silencio mordiendo la almohada. A la tercera noche, cuando la vi salir hacia el río y corrí detrás, ya era tarde; ella misma desató la barca y cruzó a la otra orilla donde la esperaba aquel hombre con dos caballos…
ADELA (Con ira celosa).—¿Y los dejaste marchar así?¡Tú, el mejor jinete de la sierra, llorando entre los juncos!
MARTÍN.—Toda la noche galopé inútilmente, con la escopeta al hombro y las espuelas chorreando sangre. Hasta que el sol me pegó como una pedrada en los ojos.
ADELA.—¿Por qué callaste al volver?
MARTÍN.—¿Podía hacer otra cosa? En el primer momento ni siquiera lo pensé. Pero cuando encontraron su pañuelo en el remanso y empezó a correr la voz de que se había ahogado, comprendí que debía callar. Era lo mejor.
ADELA.—¿Lo hiciste pensando en la madre y los hermanos?
MARTÍN.—No.
ADELA.—¿Por ti mismo? ¿Por cubrir tu honra de hombre?
MARTÍN.—No, Adela, no me juzgues tan pequeño; lo hice sólo por ella. Un amor no se pierde de repente… y decir la verdad era como desnudarla delante del pueblo entero. ¿Comprendes ahora por qué me voy? ¡Porque te quiero y no puedo decírtelo honradamente! Tú podías ser para mí todo lo que ella no fue. ¡Y no puedo resistir esta casa donde todos la bendicen, mientras yo tengo que maldecirla dos veces: por el amor que entonces no me dio, y por el que ahora me está quitando desde lejos! Adiós, Adela. 
a) Comprensión lectora
1) Resume el texto (100 palabras) e indica su tema en una oración bien elaborada.
2) Analiza los dos personajes, física y psicológicamente y explica el tipo de relación que se da entre ellos.
3) Identifica y explica una docena de recursos estilísticos, de modo que se aprecie cómo el autor poetiza la situación y el lenguaje para que todo resulte más bello y dramático.
4) ¿Por qué Martín decide emprender un largo viaje? ¿Lo hace, finalmente?
b) Interpretación
1) ¿Cambia mucho la relación entre los personajes al principio y al final del diálogo? Aporta razones.
2) El qué dirán, el miedo a la opinión de los demás, ¿cómo se nota su influencia en las personas?
3) Valora la actuación de Martín respecto del ocultamiento de la verdad sobre la desaparición de Angélica.
4) ¿Cómo operan los sentimientos de la Madre respecto de Angélica en los demás personajes? Razona.
2.4. Fomento de la creatividad
1) Realizar una lectura dramática o representar La dama del alba es un hermoso y duradero ejercicio de creatividad.
2) Crea un relato o cuento con el argumento de la pieza dramática.
3) Busca imágenes de Besullo, donde Alejandro Casona nació y se crio, realiza un cartel o presentación con ayuda de las TIC y explica hasta qué punto influyó en el autor en la composición de su obra.
4) Realiza una exposición sobre la vida y la obra de Alejandro Casona para presentarla ante tus compañeros o ante toda la comunidad educativa. Fotografías, dibujos, pósteres y medios TIC imprimen mucha calidad al trabajo, por lo que se recomienda utilizarlos.

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